Aguirre asegura que la nueva Ley de Cajas 'no va contra nadie'
La tensión en la cuarta entidad financiera del país, Caja Madrid, disminuye. Bien porque es tiempo de paz o porque la situación se ha vuelto muy crítica, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, prefirió ayer calmar los ánimos al asegurar que su reforma 'no va contra nadie' y menos en detrimento de Miguel Blesa, a quien calificó de 'amigo'.
La Asamblea de Madrid aprobó ayer en el último pleno del año con la mayoría del PP, la abstención del PSOE y los votos en contra de IU, la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos que incluye la reforma de Caja Madrid. Esperanza Aguirre ni siquiera quiso comentar si impondrá algún tipo de sanción, no digamos ya la inhabilitación del presidente de la entidad financiera, Miguel Blesa, en caso de que éste no adapte la nueva normativa a los órganos de gobierno de la caja.
A pesar de tener competencia para ello, es algo que ni siquiera se ha planteado. 'Blesa, como ha hecho siempre, cumplirá escrupulosamente la nueva Ley de Cajas', dijo Aguirre. La presidenta de la Comunidad de Madrid se mostró convencida de que lo hará. 'Ya pasaron los tiempos de Juan Bodino, donde el príncipe no estaba sujeto a las leyes' y matizó, 'aquí las leyes obligan a todo el mundo'.
Además, defendió a Blesa, a quien calificó de 'amigo' y alabó su discreción en todo el conflicto. Sin embargo, no desveló si le nombrará candidato para ser reelegido como máximo responsable de la entidad financiera a partir de septiembre de 2009, fecha en la que cumple 12 años de mandato: 'la elección del presidente siempre es algo más complicada pero, por supuesto, que estará dentro de los consejeros generales'.
La entidad financiera rechaza emprender acciones jurídicas contra la comunidad
Con los cambios normativos, Blesa sólo puede ser renovado si es propuesto por la Asamblea de Madrid, el mismo sector que lo eligió cuando Alberto Ruiz-Gallardón ocupaba la presidencia de la Comunidad. Esperanza Aguirre aclaró que 'la ley no va contra nadie ni pretende que la asamblea de Caja Madrid se disuelva, sólo que se adapte a la nueva normativa', que entrará en vigor a partir del 1 de enero.
'La reforma responde, por tanto, a dos objetivos bien claros: cumplir la adaptación a la norma nacional Lorca (Ley de ârganos Rectores de las Cajas de Ahorros) y dar más participación a la sociedad civil y menos al sector público, además de ampliar el número de ayuntamientos representados, como ya lo han hecho otros gobiernos regionales', explicó la presidenta.
Pero lo cierto es que el gran perjudicado ha sido su contrincante, Alberto Ruiz-Gallardón, quien ha reducido considerablemente el número de consejeros generales dentro de la asamblea de Caja Madrid (pasa de 56 a 24, de un total de 320 miembros) como consecuencia de la reforma, que limita al 30% su poder dentro del sector de municipios.
Aguirre, incluso, llegó a insinuar ayer que el alcalde debería estar contento. 'Hay algunas comunidades que lo limitan al 20% ó 25% y nosotros lo hemos fijado en el 30% por la importancia del Ayuntamiento de Madrid'.
La entidad prefiere mantenerse al margen. A pesar de que el alcalde no descarta recurrir a los tribunales, Caja Madrid rechaza emprender acciones jurídicas. 'Nosotros somos los que pedimos a los distintos estamentos representados en los órganos de gobierno de la entidad que envíen las personas que los van a representar, por lo tanto, si alguien está disconforme, serán ellos quienes tendrán que demandar', dicen en la caja. Caja Madrid publicó este fin de semana en el BOE el comienzo del proceso electoral con arreglo a la anterior ley, algo que se tendrá que resolver.
Montoro antepone la estabilidad financiera
El portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, afirmó ayer que su partido 'no tiene opinión' sobre la batalla que libran la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, y el alcalde Alberto Ruiz Gallardón sobre Caja Madrid. La único que Montoro se atrevió a decir al respecto es que lo razonable es buscar 'la mayor estabilidad posible' en esta entidad financiera y, al mismo tiempo, 'evitar las injerencias políticas'.Montoro dio a entender que el embrollo debe ser resuelto por sus responsables más directos y que el PP no se implicará como tal en el mismo. 'Nosotros nunca hablamos de nombres propios ni intervenimos en nombramientos de esa naturaleza', subrayó.