Caprichos para terminar el año
Una mesa bien puesta, familia, amigos y los recuerdos de un largo año que se acaba. Es el momento perfecto para sorprender y, también, para darse un capricho. Detalles que gustarán tanto si recibimos en casa como si somos invitados. Empezando por la bebidas de aperitivo. ¿Por qué no un cóctel navideño -la botella lo dice todo- a base de naranja y coñac? O un espumoso. Un champán rosado, tan de moda, con toda la sensualidad de las burbujas francesas. Y también un elegante cava de larga crianza, con la complejidad que le otorga el tiempo.
El foie gras siempre ha sido considerado una delicatessen. Más aún si se acompaña de un delicioso brioche de naranja, al horno y cortado en finas lonchas : una combinación magnífica para ir abriendo boca antes de pasar a los platos principales.
Mariscos y pescados, piden blanco. Con ellos un albariño nunca falla: flores, frutas, cítricos para refrescar el paladar inundándolo de aromas. Y, por qué no, de diseño, con una botella diferente, como la de Paco & Lola, llena de estilo.
Después, los tintos. Si han permanecido largo tiempo en barrica necesitan aire, abrirse para desplegar todo su potencial. Se impone usar un decantador -que también viste la mesa- o utilizar un vanguardista y novedoso accesorio, un oxigenador, que permite airear el vino mientras se sirve directamente de la botella a la copa: asombrará a los comensales.
Y para epatar, nada como establecer un juego entre el vino y sus aromas. Una introducción a la cata divertida, que crea asociaciones y descubre esencias, gracias, por ejemplo, a seis pequeños frascos de Legaris Reserva.
Después, el cotillón, mejor en rojo y con delicatessen, como el Gran Marnier Cosy. ¿Hay una mejor manera de empezar el nuevo año?