Bruselas autoriza con condiciones la adquisición de British Energy por parte de EDF
La Comisión Europea autorizó hoy, con condiciones, la adquisición de la empresa energética británica British Energy, por parte de la compañía francesa EDF. El visto bueno del Ejecutivo comunitario está supeditado a la venta dos plantas de generación de electricidad en Reino Unido y de ciertos volúmenes mínimos de electricidad en el mercado mayorista británico.
La compañía resultante deberá vender también un terreno preparado para albergar una nueva central nuclear en Reino Unido y poner fin a uno de los tres acuerdos de conexión a la red con la compañía propietaria de la misma, National Grid. Con estas modificaciones, el Ejecutivo comunitario concluyó que la operación no tendrá un impacto negativo sobre la competencia en el mercado comunitario.
Las actividades de EDF y British Energy se solapan en los mercados de generación y venta al por mayor de electricidad, así como en el de suministro de electricidad a clientes industriales y comerciales en Reino Unido. Aunque la empresa resultante no tendrá una cuota de mercado muy alta, la Comisión detectó durante su investigación que la operación, tal y como se notificó inicialmente, planteaba "graves preocupaciones desde el punto de vista de la competencia" en cuatro áreas.
En primer lugar, Bruselas temía que la operación hiciera más fácil para la compañía resultante retirar capacidad de suministro de electricidad del mercado para aumentar el precio. En segundo lugar, el Ejecutivo comunitario estaba preocupado por la posibilidad de un incremento de uso interno de la electricidad en la empresa resultante que podría conducir a una reducción de liquidez que tendría efectos negativos tanto en el mercado mayorista como en el minorista.
En tercer lugar, Bruselas constató que hay un número limitado de lugares adecuados para construir una primera ola de nuevos reactores nucleares en el marco de la política británica de edificar nuevas centrales. British Energy posee la mayoría de estos lugares, mientras que EDF controla terreno en dos de las posibles localizaciones. La transacción, tal y como fue notificada inicialmente, conduciría a una gran concentración de la propiedad de espacios adecuados para construir reactores.
Finalmente, la combinación de los derechos actuales de conexión a la red de transporte de electricidad de EDF y British Energy habría permitido a la empresa resultante controlar un número de derechos superior a sus planes combinados de expansión, lo que aumentaba el riesgo de retrasar indebidamente los proyectos de generación de sus rivales.
Para resolver estos problemas, las partes presentaron una serie de medidas correctivas. Tras consultarlas con el mercado y realizar su propia evaluación, el Ejecutivo comunitario llegó a la conclusión de que estos remedios no eran suficientes para eliminar los problemas de competencia. No obstante, las dos empresas hicieron llegar un nuevo paquete de medidas que sí ha resultado satisfactorio para la Comisión.
En concreto, la empresa resultante venderá las plantas de producción de electricidad de Sutton Bridge (propiedad de EDF) y de Eggboroug (propiedad de British Energy), así como determinados volúmenes mínimos de electricidad en el mercado mayorista británico. Asimismo, se desprenderá de un terreno adecuado para edificar una nueva planta nuclear en Reino Unido, ya sea en Dungeness o Heysham, el que escoja el comprador. Finalmente, pondrá fin a uno de los tres contratos de conexión a la red con la compañía National Grid en Hinkley Point en Reino Unido.