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Luis Valdivieso

'Hemos trabajado en generar confianza al inversor'

La primera tarea del titular de Economía en Perú, aterrizado en el cargo en julio procedente del Fondo Monetario, ha sido ordenar el crecimiento de un país cuyo PIB subió un 11% en los últimos 12 meses. Ahora, Luis Valdivieso busca capital privado para un ambicioso plan de infraestructuras y vende confianza antes de pedir colaboración.

Promueven obra civil cuando se están congelando proyectos en México o Argentina...

Las empresas sufren por la financiación, pero buena parte de nuestra cartera de proyectos ya está en marcha. De un programa de 35.000 millones pretendemos llegar a un mínimo de 30.000 en 2011. En algunos casos se da la financiación público-privada con la opción de que el socio privado ejecute la parte que pueden soportar, asumiendo el Gobierno el resto. La clave es crear esquemas concesionales atractivos.

¿Hasta qué punto lastran la credibilidad de Perú las nacionalizaciones en Venezuela o Bolivia?

Hemos trabajado en generar confianza al inversor tras un periodo, ya lejano, de hiperinflación que destrozó el país. Tenemos convenios de protección a la inversión con la OCDE, entre otros garantes, y hemos sido reconocidos por ello por el Banco Mundial. No existe riesgo político en Perú y nuestro sistema electoral es una barrera para corrientes antisistema. A través de la inversión productiva generamos empleo y la clase media está prosperando al mismo ritmo que cae la pobreza. Eso es importante para el futuro.

¿En ese contexto defiende la entrada de multinacionales en su país?

Sufrimos un déficit de años en infraestructuras y el empuje privado es crítico para atajarlo, pero a constructoras como las españolas también les interesa trabajar fuera cuando los proyectos escasean en Europa.

Además de la existencia de un marco jurídico con fuertes pilares, las empresas priman la estabilidad económica. ¿Qué medidas han tomado en la crisis?

El precio de los combustibles y de los alimentos elevó nuestra inflación a primeros de año. Además, veníamos creciendo muy por encima de nuestro potencial, a un ritmo del 11%. Mi primera tarea fue rebajar la euforia y preparar la economía para la desaceleración mundial. Hemos reducido la tasa de crecimiento del gasto, controlamos la volatilidad del tipo de cambio a base de comprar reservas en dólares, y subimos la tasa de interés. Esta crisis nos ha ayudado a lograr un crecimiento más ordenado.

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