El Tribunal de la UE anula la decisión de Bruselas contra el modelo de Ryanair
El Tribunal de Primera Instancia de la UE anuló ayer en su totalidad la decisión de la Comisión Europea que en 2004 declaró ilegales los acuerdos de Ryanair con el aeropuerto de Charleroi y exigió a la compañía que devolviese los beneficios obtenidos por esos convenios. El fallo supone un espaldarazo para el modelo de gestión de los aeropuertos secundarios y de las líneas de bajo coste.
Michael O'Leary, consejero delegado de Ryanair, llegó ayer a Bruselas para saborear su esperada victoria frente a la Comisión Europea. Después de más de un lustro de enfrentamiento con el organismo comunitario, el histriónico empresario irlandés recibió con extrema satisfacción una sentencia que reconoce buena parte de sus argumentos. O'Leary calificó el fallo como 'una gran noticia para Charleroi, para la competencia, para los consumidores y para los aeropuertos de bajo coste en toda Europa'. El veredicto señala que la Comisión Europea 'incurrió en un error de derecho' al dictaminar que los acuerdos entre el aeropuerto de Charleroi (50 kilómetros al sur de Bruselas) y la aerolínea de bajo coste equivalían a una ayuda de estado ilegal.
Bruselas había exigido a Ryanair que devolviese los beneficios obtenidos por esos convenios, entre los que figuraban una reducción del 50% en las tasas aeroportuarias y una contribución para los gastos de la compañía en formación, manutención y hospedaje de su personal, así como para campañas de publicidad. Tras la sentencia, la compañía no sólo no tendrá que devolver ese dinero, sino que ve validado un modelo de negociación que ha aplicado con otros aeropuertos europeos.
La Comisión Europea intentó ayer minimizar el impacto de la sentencia, asegurando que 'sólo atañe a la metodología' utilizada en el caso de Charleroi y 'no a la sustancia, que es el análisis del principio del inversor privado'. Pero el fallo judicial aprecia en todo el razonamiento de la dirección general de Transportes de la CE importantes contradicciones e incoherencias que afectan al fondo del expediente.
'En contra de lo que la Comisión afirmó', señala la sentencia, 'procede considerar que la Región Valona actuó en el marco de unas actividades de naturaleza económica'. Los jueces tampoco aceptan que la Región Valona violase la ley, como aseguraba la Comisión Europea, por ofrecer descuentos en las tasas del aeropuerto de Charleroi.
Y, sobre todo, los jueces comunitarios desmontan la teoría que llevó a la Comisión a no aceptar los estrechos vínculos existentes entre el aeropuerto de Charleroi y el Gobierno regional de Valonia (propietaria del aeródromo).
En base a esa teoría, Bruselas se negó a contemplar siquiera la posibilidad de la Región valona actuó en sus relaciones con Ryanair como lo hubiera hecho cualquier inversor privado.
'El aeropuerto de Charleroi ha demostrado en los últimos seis años que el modelo de bajo coste funciona', señaló el consejero delegado de Ryanair en una rueda de prensa. Durante ese tiempo, recordó Michael O'Leary, Charleroi ha pasado de ser un aeródromo que apenas era utilizado a atender a más de dos millones de pasajeros al año. Para el consejero delegado de Ryanair, esa evolución explica que el 'aeropuerto internacional de Bruselas-Zaventem presentase una queja sin fundamento ante la Comisión para frenar la competencia'. Ahora que los jueces han fallado a su favor, O'Leary espera 'establecer una mejor relación con la Comisión Europea basada en el objetivo compartido de que lo primero son los clientes'.
Otros ocho aeropuertos bajo la lupa
Ryanair pidió ayer a la CE que, tras su derrota judicial en el caso Charleroi, cierre las ocho investigaciones que mantiene abiertas sobre posibles ayudas de Estado en otros tantos aeropuertos (Alghero, Aarhus, Bratislava, Frankfurt Hahn, Hamburgo Lubeck, Pau, Berlin Schonefeld y Tampere). El portavoz de Antonio Tajani, comisario europeo de Transportes, negó que existiera relación entre esos casos y la sentencia de ayer.