Los expertos debaten los poderes de presidentes y consejeros delegados
La disyuntiva sobre la separación de funciones entre presidente y consejero delegado continúa apareciendo en los debates sobre buen gobierno. El profesor de la Universidad de Cranfield, Andrew Kakabadse, defendió en Esade la unión de poderes.
La separación de funciones entre presidente y consejero delegado aparece de cuando en cuando en el debate del buen gobierno. En España el Código Unificado zanjó la cuestión reconociendo que tanto la concentración como la separación de estas figuras tiene ventajas y desventajas. 'La acumulación de cargos puede proporcionar a la compañía un liderazgo claro en el ámbito interno y en el externo, así como reducir los costes de información y coordinación que alternativamente se generarían. Pero ello no debe hacernos olvidar la principal desventaja que presenta esa solución: la concentración de mucho poder en manos de una única persona', asegura el Código. Así y a la vista de la falta de uniformidad de opiniones, en España se ha optado por que, cuando el presidente del consejo sea también el primer ejecutivo de la sociedad, se faculte a uno de los consejeros independientes para solicitar la convocatoria del consejo o la inclusión de nuevos puntos en el orden del día; para coordinar y hacerse eco de las preocupaciones de los consejeros externos; y para dirigir la evaluación por el consejo de su presidente'.
Sin embargo, el experto en buen gobierno y profesor de la Universidad Cranfield en EE UU, Andrew Kakabadse, mantuvo la semana pasada en el Esade, durante la jornada anual del Instituto de Innovación Social de esta escuela de negocios, destacó que en EE UU el papel del presidente y del consejero delegado convergen en una misma persona en la mayoría de las compañías, por lo que existe una única figura de mando y añadió que 'desafortunadamente esta situación no es habitual en el resto de continentes'.
El profesor Kakabadse señaló además que el mejor presidente será el que siga seis disciplinas: dar valor al consejo de administración, determinar claramente los límites, analizar las propuestas, tener en cuenta la influencia de los resultados, la integridad y la visión participativa y el desarrollo del órgano de administración.
Durante la celebración de la jornada anual del Instituto de Innovación Social de Esade también intervino el director de esta entidad, Ignasi Carreras. æpermil;ste explicó que 'es complicada la situación de la responsabilidad social empresarial ante la crisis'.
Pero este experto añadió que la responsabilidad social empresarial ayudará a las empresas que han apostado por ella, 'ya que los ingredientes que contiene (gestión del riesgo, buen gobierno, transparencia, etc.) pueden hacer que la compañía salga reforzada'.