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Tendencias

La apuesta de Gérard Mortier para el Teatro Real

La prioridad del nuevo director artístico es la calidad musical.

El Teatro Real mira hacia el Palacio Real y da la espalda a la ciudad de Madrid. Gérard Mortier, director artístico del coliseo madrileño a partir de 2010 en sustitución de Antonio Moral, confía en cambiar las cosas y acercar la ciudad a la ópera. En París tuvo éxito y consiguió rebajar de 58 a 42 años la edad del público asistente a la ópera.

Tras dirigir el Festival de Salzburgo, la âpera de París y la de Nueva York, Mortier, nacido en Gante (Bélgica), como el emperador Carlos V, recuerda para subrayar los vínculos con España, hace 65 años, recala en el Teatro Real con la intención de colgar el cartel del agotadas las entradas, como ocurriera en la capital francesa.

Acompañado por el director general del Inaem, Juan Carlos Marset; el presidente del Patronato del Teatro Real, Gregorio Marañón, y de su director general, Miguel Muñiz, Mortier avanzó ayer las líneas generales de su dirección artística.

Tiene en sus manos una ópera que compite en los primeros puestos de la liga europea. 'No creo que el Teatro Real sea una ópera de segunda', y su intención es aprovechar su 'enorme potencial'. Su formación es musical, no escénica, de ahí que su principal preocupación sea la calidad musical. En lugar de contratar un director musical (actualmente, Jesús López Cobos), se rodeará de un grupo de directores de orquesta, 'porque aumenta la calidad', entre los que figurarán batutas españolas (mencionó los nombres de Pedro Halffter y Pablo Heras Casado). Es el sistema que ha aplicado en la âpera de París, por el que fue muy criticado, aunque asegura que en los últimos años hizo de su orquesta un referente en el mundo de la ópera.

Quiere evitar que la ópera se convierta en un museo, por lo que las obras del siglo XX serán el 35% de la programación. La reacción ante Katia Kabanoba de Janácek, una producción de la âpera de Flandes, le lleva a descartar el rechazo del público a la música contemporánea.

El Real necesita producciones propias. Tres o cuatro obras al año, que respondan a las especificaciones de España y que puedan exportarse a Londres y Milán. 'El Real cuenta con los mismos recursos que la âpera de París', aseguró.

Gérard Mortier tiene en mente desde hace años la producción de la ópera Carnaval del suizo Hanspeter Kyburz. Ahora, ve factible su estreno mundial en el Real.

De Nueva York a Madrid para 'fascinar al público'

Gérard Mortier se tomará cuatro meses sabáticos antes de asumir el cargo para conocer el país y aprender el idioma (ayer pronunció las palabras de agradecimiento en español). Europeísta convencido y sin miedo a los cambios, el director de Flandes dijo no a la New York City Opera después de que le recortaran los fondos y aceptó venir a Madrid, descartando una oferta de la Staatsoper de Berlín. Hace 10 años ya tuvo una propuesta del Real y llegó a negociar con Elena Salgado, entonces presidenta del Patronato. Tras cinco años en París, cree que puede aportar mucho al Real. Asegura que no quiere hacer una revolución, sólo 'fascinar al público'.

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