Algo más que centímetros
Caja Madrid y la Federación de Baloncesto buscan a las promesas del básquet en la 'operación Talento' que apadrina Romay.
A finales de los cincuenta, el Real Madrid hizo un llamamiento a través de la radio a todos aquellos jóvenes cuya altura superara 1,80 y quisieran realizar una prueba para ingresar en las categorías inferiores de su selección de baloncesto. Bajo la supervisión de Pedro Ferrándiz -el entrenador con más Ligas y Copas de España-, la operación Altura, como se la bautizó, logró su objetivo dando a luz dos nuevos equipos juveniles. En las siguientes décadas, la Federación Española de Baloncesto (FEB) y otros equipos españoles han seguido promoviendo una fórmula que ha servido al baloncesto español figuras como Moncho Monsalve y Enrique Margall en los sesenta, los hermanos Estrada y Luis Miguel Santillana en los setenta o Juan Antonio San Epifanio Epi y Fernando Romay, en la misma época.
Casi 35 años después de que Romay participara con 14 años en uno de esos procesos de selección, el tercer jugador más alto de la historia del baloncesto español repite experiencia. Hoy y mañana, este hombre -que cuando adolescente no se entrenaba y 'todo lo hacía en plan de amigos'- pasará examen a 80 chavales (34 chicas y 46 chicos) de entre 12 y 13 años, convocados por la FEB y Caja Madrid. En esta edición, al contar con el nuevo patrocinio de la entidad bancaria, la convocatoria se renombra bajo el rótulo de operación Talento. Las futuras promesas son jóvenes baloncestistas seleccionados por sus federaciones autonómicas que nunca han pisado una cancha profesional. La historia, pues, se repite casi cuatro décadas después, siete Ligas y cinco Copas. Romay sabe lo que es estar en su pellejo y exponerse al criterio de ojeadores, clubes y seleccionadores. Entre los que pasarán revista hoy y mañana figuran Juan Antonio San Epifanio Epi, integrante del cuerpo técnico de la operación Talento junto a Romay y otras 20 personalidades del baloncesto.
En las pruebas, convocadas en el Club Deportivo Aristos de la localidad madrileña de Getafe, niños de más 1,75 de altura (1,85 los exteriores y 1,90 los interiores nacidos en 1995, y 1,75 y 1,80, respectivamente, los nacidos en 1996) y niñas entre 1,70 (exteriores de 1996) y 1,80 (interiores de 1995). Levantando más de 1,95 del suelo, el cantante Loquillo llegó al Cotonificio de Badalona, donde jugó dos años, a través también de una operación Altura, una década antes de que nacieran quienes ahora prueban suerte. Durante dos días, el gabinete técnico de la FEB les pondrá a botar el balón, observará sus cualidades técnicas y auscultará su salud. Una segunda convocatoria se hará en Semana Santa. De las dos cribas se espera que resulten seleccionados unos 12 o 13 chicos. 'Aunque no hay límite', señalan desde la FEB. A partir de ese momento, trabajarán para mejorar la preparación de unos chavales que no se cuentan entre los mejores baloncestitas de su edad, pero cuyas cualidades prometen. 'Si hubiéramos descubierto a Romay dos años antes, hubiera roto todos los esquemas', lamentan desde la FEB.
El caso de Epi también es paradójico. Quien está considerado el mejor jugador europeo de los ochenta estuvo a punto de abandonar, cuando militando en el Helios su entrenador le dejó fuera del equipo. La FEB, con el apoyo de Caja Madrid, pretende evitar que circunstancias como éstas desvíen de la senda profesional a los talentos del baloncesto nacional. '¿Quieres? Puedes', reza el lema de Caja Madrid para sus patrocinios deportivos.