La banca sugiere a Solbes más agilidad en las subastas
Pese a que la primera subasta del Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) fue un fracaso, bancos y cajas consideran que las medidas adoptadas por el Gobierno español para dar liquidez al mercado son correctas. A pesar de ello, han pedido al Ejecutivo mayor frecuencia en las pujas, aunque sea por menores importes, y que se amplíen los bonos que se puedan presentar.
Bancos y cajas transmitieron el miércoles al Gobierno su parecer sobre las medidas adoptadas por el Ejecutivo para dar liquidez al mercado. Ambos sectores comunicaron al vicepresidente económico, Pedro Solbes, su satisfacción tanto por la constitución del fondo de liquidez como por la creación de los avales públicos. Pero sugirieron algunas mejoras a ambos mecanismos, algo que les había pedido el propio Gobierno tras analizar la evolución de la primera subasta de activos celebrada el 20 de noviembre, así como a las peticiones de avales públicos, cuya fecha para participar en ellos finalizó el martes.
Fuentes financieras afirmaron que el sector considera que tanto el FAAF como los avales del Estado 'son medidas que están bien pensadas, incluso mejor que las creadas por otros países europeos'. Creen, sin embargo, que los dos sistemas para impulsar la obtención de liquidez se pueden perfeccionar. Por ello, han sugerido a Economía que las subastas de activos podrían ser más operativas si se realizasen con mayor frecuencia y sus importes fueran menores a los actuales.
La primera subasta del fondo de liquidez no tuvo la influencia prevista inicialmente por el Gobierno. Sólo acudieron 28 entidades, de las que sólo 23 de ellas tuvieron ofertas adjudicadas. De los 5.000 millones de euros disponibles, tan sólo se adjudicaron 2.115 millones a un tipo medio ponderado del 3,339% y un mínimo del 3,15%. Estos precios fueron calificados por la banca de altos y justificaron su gran ausencia por esta razón. El hecho de ser la primera puja y de que sólo se pudieran presentar activos con pacto de recompra (repos) influyó también en la baja acogida.
El 11 de diciembre será la segunda puja. En ella se comprarán títulos hipotecarios de nueva emisión por un importe de 7.885 millones (5.000 millones de esta puja y 2.885 millones que no se adjudicaron en la primera). A ella está prevista que acuda gran parte del sistema financiero.
Un estigma que nunca tuvo efecto en Bolsa
Ya no temen el que dirán. Bancos y cajas parece que se han quitado de encima el miedo a un posible castigo del mercado por acudir a las subastas o avales del Estado. El estigma de ser señalados por sus rivales o analistas ha desaparecido incluso antes de aparecer. El mayor temor provenía de los bancos, que pensaban que podían ser castigados en Bolsa si se conocía su participación en la subasta. Pero la decisión de Sabadell, único banco que acudió a la primera puja del FAAF el pasado 20 de noviembre -el resto, 27 fueron cajas de ahorro y alguna cooperativa-, de comunicar su asistencia terminó con el estigma. 'Nadie nos ha penalizado. Nuestra cotización, de hecho, ha subido desde entonces'. El día de la subasta sus acciones cotizaban a 4,66 euros y desde entonces ha ido subiendo. Ayer cerró a 5,33 euros por título.