Los socialdemócratas ganan las elecciones en Rumania por un pequeño margen
La alianza opositora formada por los ex comunistas del Partido Social Demócrata y el Partido Conservador (PSD+PC) ha ganado las elecciones legislativas celebradas ayer en Rumanía con un 33,09% de los votos, tras ser escrutado el 99,62% de las papeletas.
En segundo lugar se sitúa el reformista Partido Demócrata Liberal (PDL), próximo al presidente del país, Traian Basescu, con el 32,34% de los apoyos, seguido del Partido Liberal Nacional (PNL), actualmente en el Gobierno, que obtuvo el 18,57% de los sufragios.
También entra en el Parlamento la Unión Demócrata de los Magiares de Rumanía (UDMR), con el 6,18% de los votos, aliada en el Gobierno del PNL, según los datos oficiales.
Ninguna de las dos primeras formaciones cuenta con mayoría para formar Ejecutivo, por lo que el PNL del actual primer ministro, Calin Popescu Tariceanu, tiene en sus manos la llave para gobernar el país.
El duelo electoral fue mucho más estrecho de lo apuntado por los sondeos a pie de urna en la noche del domingo, que pronosticaban un claro triunfo del PSD.
Durante el recuento de hoy, el PDL llegó a tener un mayor número de votos, lo que apuntaba a un vuelco electoral que finalmente no se produjo.
Mircea Geoana, líder del PSD, volvió a declarar a su formación vencedora de las elecciones y destacó su deseo de ser el próximo primer ministro.
En cualquier caso, la diferencia con respecto a los partidos de derecha es tan estrecha que necesitará el apoyo de terceros para poder formar Gobierno.
Por su parte, el PDL también proclamó su victoria, ya que consiguió más mandatos parlamentarios, 165 frente a los 163 adjudicados al PSD, según aseguró en rueda de prensa Adriean Videanu, vicepresidente de la formación de centro derecha.
El presidente del PDL, Emil Boc, dijo que se ha producido "una victoria de la derecha", si se tiene en cuenta la opción mayoritaria del electorado, por lo que invitó a Tariceanu a una alianza que calificó de "lógica, moral y política".
El PDL y el PNL tendrían juntos una mayoría cómoda para gobernar, pero deberían olvidar las disputas que los separó y que supusieron la expulsión hace dos años del Gobierno de la formación de Basescu.
El PSD también espera poder pactar con el PNL, un partido cuyo gabinete minoritario recibió su apoyo durante los dos últimos años.