La industria del automóvil retrocede 20 años
Los analistas creen 'prematuro' volver al sector antes de que se normalice el crédito.
La industria del automóvil, durante mucho tiempo el motor de la economía en algunos de los principales países del mundo, ha entrado en un oscuro túnel del que no encuentra la salida. Las masivas bajadas de ventas debido a la falta de crédito y la desconfianza en la economía han reducido drásticamente los resultados de los fabricantes, que se han lanzado a fuertes procesos de reestructuración para evitar un desastre. Mientras los inversores se retiran del sector, los Gobiernos buscan soluciones y anuncian planes de ayuda. Casi todos los grandes fabricantes están, al menos, en niveles de hace 20 años.
La situación más complicada es la de EE UU. Las empresas del sector han caído este año en Bolsa un 69,2%, y las unidades vendidas estaban en octubre en su volumen más bajo desde febrero de 1983. En esa fecha, General Motors vivió su peor mes desde 1975. La histórica corporación ha perdido un 78,9% en casi 11 meses, y el 10 de noviembre alcanzó su nivel más bajo desde 1946. Desde 2007 sus pérdidas suman más de 45.000 millones de euros. Ford, que hasta septiembre de este año ha registrado unas pérdidas netas de 6.847 millones de euros, ha cedido un 60% desde enero. Ambas empresas, junto con Chrysler (que no cotiza en Bolsa) han solicitado 25.000 millones de dólares a las autoridades, pero el Congreso de EE UU no tomará una decisión hasta que presenten, el 8 de diciembre, un plan de viabilidad detallando el estado de su negocio.
'Para Obama sería muy malo empezar con la caída de General Motors y Ford. No llegaría al final del mandato', comenta Pedro Nueno, profesor del IESE. 'En EE UU deben reducir la producción y abandonar su modelo tradicional de stocks, donde las necesidades de financiación son demasiado altas, para centrarse en atender la demanda real', dice José Luis Sancho, socio de Accenture.
Los expertos también señalan que el elevado coste de los seguros médicos y los planes de pensiones que estos fabricantes pagan a sus empleados les ha hecho perder competitividad. Los analistas tampoco ven claro su futuro. Citi estima que los ingresos se reducirán a largo plazo y que los datos del sector 'sugieren que no hemos visto todavía el fondo del mercado'. La falta de un fin claro a la crisis y de unas previsiones realistas de beneficios son, en opinión de los brókeres, los dos motivos para que los inversores mantengan la desconfianza. Este año, Toyota desbancó a General Motors como primer fabricante mundial. En Japón, aunque los grandes fabricantes han evitado las pérdidas, también se han visto penalizados en Bolsa y afrontan caídas en las ventas.
En Europa la situación es diversa, aunque lo suficientemente preocupante como para que la Comisión Europea propusiera este miércoles aprobar unas líneas de financiación para el sector de 5.000 millones de euros. En octubre, las ventas bajaron en el continente un 14,5%, y el sector ha caído en el año un 43,58% en Bolsa. En una región donde el 75% de las compras de coches se pagan a crédito, la falta de liquidez provocada por la crisis financiera también está causando estragos. Los analistas, como BNP Paribas, consideran que el sector va 'de mal en peor' y creen 'prematuro volver' a él hasta que no mejoren los datos macroeconómicos y, sobre todo, se restaure el mercado de crédito. Sin embargo, no ven cerca ninguna señal de mejora. Mientras, los grandes fabricantes sufren en Bolsa: PSA Citroën ha perdido este año un 72,5%; Fiat, un 67,3%; Daimler AG, un 63%; BMW, un 53,5%; y Renault, un 82%.
Si Francia y Alemania están resistiendo un poco mejor, España es uno de los mercados europeos que más está sufriendo. La asociación de fabricantes (Anfac) espera cerrar el año con una caída en ventas superior al 25%, y las compañías han comenzado a recortar su producción y a aplicar despidos o suspensiones temporales de empleo que afectan a miles de personas. Esta semana, el Gobierno anunció que en enero presentará un plan integral de ayuda al sector.
De momento, los expertos subrayan que los fabricantes deberían centrarse en un nicho de mercado con un claro futuro: el de los coches pequeños y ecológicos. Mientras marcas grandes y de lujo como Mercedes o Porsche caen en picado, las ventas del Mini de BMW o el Smart de Daimler aumentan. 'El tema medioambiental y la inversión en I+D pueden ser los grandes revulsivos para los próximos dos años', asegura Sancho.
Volkswagen, la gran excepción
Volkswagen es la única gran empresa del sector que ha subido en Bolsa este año. En sólo dos sesiones, entre el 27 y el 28 de octubre, ganó un 336%, y el precio de su acción pasó de 210,52 a 918 euros. Durante unas horas, en las que los títulos superaron los 1.000 euros, se situó como la mayor empresa del mundo por capitalización, por delante de Exxon Mobile.Los motivos de este repentino alza fueron técnicos. El detonante fue el anuncio de Porsche de que había alcanzado el 42,1% del capital de Volkswagen, y que contaba con derivados para alcanzar un 74,1%. El reducido capital flotante de la empresa -el Gobierno de Sajonia posee un 20,1% no vendible- pasó a ser de sólo el 6%, y los numerosos inversores con posiciones cortas (más de un 15% del total de acciones), al subir la cotización por el anuncio de Porsche, tuvieron que comprar para cubrir posiciones.En los días siguientes el valor volvió a sus niveles anteriores, a pesar de lo cual su ganancia este año es de un considerable 79,5%. Los analistas consideran que la acción está sobrevalorada. BNP Paribas sitúa su precio objetivo en 104 euros, un 63% por debajo de la cotización actual.Hasta septiembre, el grupo alemán obtuvo un beneficio neto de 3.733 millones, un 28,5% más que en ese periodo en 2007.