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Hacia un nuevo orden financiero mundial

Un largo camino tras una cumbre exprés

Los expertos reaccionan con cautela al comunicado.

Las decisiones tomadas en la cumbre del G-20 no se han salido del guión que ya habían previsto los expertos. Los líderes de las principales economías mundiales han reivindicado el sistema de libre mercado y han revalidado las fórmulas con las que ya están intentando desde hace semanas apuntalar la maltrecha economía mundial, es decir, los estímulos fiscales y el fortalecimiento de la solvencia bancaria.

Los líderes del G-20 han cumplido con la expectativa más básica, la de trazar una hoja de ruta para intentar unificar la regulación bancaria y la de establecer un calendario en la búsqueda de soluciones. 'Se ha evitado dar una imagen de inactividad, lo que habría sido muy negativo para los mercados, y se ha lanzado el mensaje de que se inicia un proceso de cambio', explican desde una entidad financiera.

La importancia de crear un nuevo marco regulatorio para la banca ha sido uno de los ejes de la cumbre aunque, como recuerdan desde UBS, las medidas concretas en este sentido tendrán que adoptarse en los debates del Foro de Estabilidad Financiera y en consonancia con la regulación de cada país.

Banca

'Una de las principales conclusiones es la creación de un sistema internacional estándar de control de riesgos. Y, según lo que ya se ha visto en Estados Unidos y Europa, son los propios Estados los que han tomado parte en el sistema financiero, lo que va a hacer más fácil la implementación de una nueva regulación. El Estado va a ser garante por tanto de que se cumpla esa nueva regulación', señala Iván Barbacid, analista de Barclays.

En este sentido, y tras los multimillonarios planes de ayuda a la banca que se han aprobado en los últimos dos meses, el G-20 también ha exigido a las entidades financieras que fortalezcan sus ratios de capital, una advertencia que tampoco pilla por sorpresa a los analistas. De hecho, el mercado ya viene reclamando con insistencia a la banca que refuerce sus balances, una presión a la que han terminado por ceder entidades como Banco Santander.

La renuncia al proteccionismo -pese a las ayudas públicas a la banca- y el compromiso de reactivar este mismo año la Ronda de Doha, en la que definir el marco del libre comercio mundial, es uno de los puntos más valorados de la cumbre y también ambiciosos, en opinión de los expertos. El compromiso es alcanzar un acuerdo sobre aranceles antes de fin de año, una meta especialmente compleja si se tiene en cuenta que las negociaciones de la Ronda de Doha se iniciaron hace ya siete años y que la crisis económica va a mermar significativamente el comercio internacional. 'El calendario es muy ambicioso, es quizá lo menos creíble de las decisiones tomadas por el G-20', señalan fuentes financieras.

En opinión de UBS, la cumbre del G-20 de este fin de semana, no hace sino insistir en las respuestas que ya han ofrecido los políticos a la crisis económica, sin hacer nuevas aportaciones con las que fortalecer el crecimiento económico. EE UU, Reino Unido, Alemania y China son algunos de los países que ya han anunciado iniciativas en materia fiscal, una de las principales propuestas formuladas por el G-20.

Pero no todos los países cuentan con el mismo margen de maniobra para recurrir al gasto público al tiempo que suavizan los impuestos. Sin olvidar que el propio comunicado del G-20 recuerda la importancia, aun en tiempos de crisis, de mantener una política fiscal sostenible. 'Italia o Japón tienen muy poco margen de maniobra en materia fiscal, al igual que sucede con países emergentes como Brasil o México', apuntan desde el servicio de estudios de una entidad financiera. Y en cuanto a rebajas de tipos, sólo la zona euro, con el precio del dinero al 3,25%, dispone aún de cierto margen.

En opinión de BNP Paribas, las respuestas lanzadas desde el G-20 para atajar la crisis son vagas y están vinculadas a la promesa de trabajar duro de cara al próximo encuentro, si bien destaca como principal logro la renuncia al proteccionismo económico y el respaldo a los principios del libre mercado.

La opinión de los analistas

Iván Barbacid. Barclays'El mensaje de confianza que ha lanzado el G-20 está bien, pero lo que subyace es que el mundo está en recesión y hay que decidir hacia qué modelo económico y productivo se quiere ir. La cumbre ha rechazado el proteccionismo pero los países tendrán que seguir compitiendo en un mercado libre cuando pase la crisis. Hay que elegir bien en qué se invierte el dinero de los bancos, en qué sectores estratégicos'.Daniel Suárez. AFI'Los mercados ya habían descontado la ambigüedad del mensaje del G-20 y que la cumbre iba a ser sólo el primer paso. No se podía esperar una reforma concreta tan pronto, va a ser un proceso de muchos meses de trabajo por delante. Lo que existe ahora de fondo en el mercado es la situación macroeconómica, la preocupación por las revisiones a la baja de beneficios, recortes de dividendos y ampliaciones de capital'.Carlos García. ING'No hay grandes novedades de la cumbre del G-20. Se han revalidado las soluciones que ya había sugerido la Unión Europea, en especial en lo relativo a la capitalización de las entidades financieras, que ha demostrado ser preferible al plan de compra de activos diseñado en principio por Estados Unidos. En este sentido, la Unión Europea ha ido por delante. Y ahora sería deseable el aumento de los requisitos de capital de la banca, también en España'.

La receta anticrisis propuesta en Washington

• 1. Estímulo monetario y fiscal. Los países deberán hacer uso de sus recursos en materia fiscal, con rebajas de tipos y aumento del gasto público, y monetaria, con rebajas de tipos de interés, para estimular sus economías. Se trata de una fórmula que ya se ha puesto en marcha, hasta el punto de que Estados Unidos ha recortado sus tipos de interés al 1%, y con un margen de maniobra por tanto limitado. Además, el G-20 recuerda que tales estímulos no pueden poner en peligro la sostenibilidad de la política fiscal.• 2. Transparencia. Hay un compromiso para mejorar la transparencia en el funcionamiento de los mercados financieros y para que los resultados de las entidades financieras y sus ratios de capital reflejen con mayor fidelidad sus niveles de riesgos.• 3. Libre mercado. El G-20 no ha puesto en duda la viabilidad del capitalismo, aunque sí ha reconocido las lagunas regulatorias y los errores en la supervisión bancaria que han conducido a la actual crisis. Ha renunciado con firmeza al proteccionismo y se ha comprometido a alcanzar un acuerdo antes de que termine el año para reactivar la Ronda de Doha, en la que se deben definir las reglas de juego del comercio internacional.• 4. Regulación. Se han esbozado líneas generales para un cambio que promueva las medidas anticíclicas, en línea con la provisión puesta en marcha por el Banco de España, aunque las novedades se debatirán en el Foro de Estabilidad Financiera, del que no forma parte España y que se prevé ampliar para dar mayor cabida a los países emergentes. En cualquier caso, el G-20 ha recordado también la responsabilidad que tiene cada país con la correcta regulación de su propio sistema bancario.• 5. Supervisión bancaria internacional. El G-20 ha renunciado a crear una nueva institución a estos efectos y tampoco ha dado al Fondo Monetario Internacional competencias específicas en materia de supervisión global. Sí ha insistido en la importancia de mejorar la cooperación y la coordinación, sobre todo en relación a la falta de transparencia en los paraísos fiscales.

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