El Valencia CF se aferra al ladrillo
El club salva las cuentas de este año y del próximo con la venta de suelo.
El Valencia CF celebra hoy su junta general de accionistas, la primera con Vicente Soriano como presidente y accionista mayoritario de la entidad tras la salida del club de Juan Soler. Tras una temporada desastrosa, con polémica en el plano deportivo e inestabilidad en el social, el club de Mestalla parece haber logrado restablecer la paz que se rompió con la errática gestión de Soler, las decisiones de Koeman o la irrupción de Juan Villalonga. Todo parece olvidado.
Sin embargo hay algo que permanece inalterable en el Valencia. Su futuro económico sigue vinculado al ladrillo. Pese al estallido de la burbuja inmobiliaria, las cuentas que presentará a la junta de accionistas hoy el club, correspondientes al ejercicio 2007/2008, así como el presupuesto para la campaña 2008/2009 sólo son posibles con la venta del suelo que dejará el actual Mestalla cuando el club se traslade al nuevo estadio.
El Valencia cerró la temporada pasada con un beneficio neto de 30,38 millones de euros. Buenas noticias si no fuera porque ese beneficio llega gracias a los ingresos extraordinarios que suponen la venta de unas de las parcelas de Mestalla, la que compró Juan Soler cuando, tras sacarla a subasta, nadie la quiso. El club se apuntó en la contabilidad 89 millones de euros por esa venta, pese a que la mayor parte de esta cantidad no está desembolsada y a que se da por hecho que Soler quiere deshacer esta operación cuando Soriano encuentre comprador para la totalidad de la parcela.
El espejismo de los beneficios se diluye rápidamente cuando se leen con detalle las cuentas. El resultado de las actividades ordinarias es descorazonador: 52,97 millones de pérdidas, prácticamente el doble que el año anterior. La caída de los ingresos, fruto de la eliminación prematura del club de la Champions League, y el incremento de los gastos, en especial en personal tanto deportivo como directivo, arrojan este resultado. A este dato hay que añadir el incremento de la deuda. El pasivo total asciende a 440,95 millones de euros, un 66% más que la registrada el año anterior.
Ante este panorama, y con la costosa construcción del nuevo estadio en marcha, al Valencia le urge vender las parcelas de Mestalla, la única fuente de ingresos de cierta entidad de que dispone el club. En el presupuesto para esta temporada, que también deberá ratificar la junta, se incluyen como ingresos extraordinarios 209 millones de euros por ese concepto. En el informe a los socios, el club se compromete a encontrar comprador para ese suelo antes de diciembre. El club confía en ingresar en total unos 300 millones de euros, contando con lo que adeuda Soler.
En todo caso, esos 300 millones no irán a la caja. Mestalla está hipotecado por 200 millones de euros, con lo que el dinero que se ingrese se deberá destinar a rescindir esa deuda. Eso mejoraría el balance de la entidad. Con esas cuentas, la previsión para esta temporada es ganar 98 millones de euros. Todo si el ladrillo lo permite.
15 millones menos por fallar en la Champions
El Valencia CF cayó eliminado en la liguilla previa de la Champions League del año pasado. Eso le supuso a la entidad un importante quebranto en las previsiones de ingresos. En la temporada 2006/2007, cuando hizo un buen papel, el club ingresó 27,65 millones de euros en concepto de competiciones internacionales. El ejercicio pasado la cifra cayó hasta menos de la mitad, 12,49 millones.El importe de la cifra de negocios, 95,55 millones, ha bajado un 9,4%, y la previsión para esta temporada es que descienda aún más, hasta los 84,37 millones. El motivo es que el equipo no se clasificó para la Liga de Campeones, juega la UEFA, y además no tiene patrocinador principal, tras el fiasco de Valencia Experience, cuyo impago de los seis millones prometidos está en los tribunales.