La norma 'expropia' los clientes a las 350 distribuidoras pequeñas
Aunque las distribuidoras de las grandes compañías eléctricas copan toda la atención de la opinión pública, lo cierto es que en España subsisten aún unas 350 pequeñas compañías, que históricamente, han distribuido y vendido la energía a tarifa en sus pequeños ámbitos locales o provinciales. Un reducido número de ellas siguen en manos públicas, como es el caso de Emdecoria, distribuidora municipal de esta localidad cacereña. Otras, tienen una cierta dimensión, como es el caso de la Cooperativa de San Francisco de Asís, de Onteniente; la Suministradora Eléctrica de Cádiz o Estebanell Energía, que distribuye a 50.000 clientes de 27 municipios de la comarca del Vallès.
La situación económica de todas ellas dará un vuelco a partir de julio de 2009 si prospera el borrador de real decreto elaborado por Industria, que establece que ninguna de ellas podrán ser comercializadores de último recurso, función que sólo podrán desempeñar las grandes eléctricas: Endesa, Iberdrola, Fenosa, Hidrocantábrico y Eon-Viesgo. En otras palabras, mantendrán la propiedad de sus redes (se les retribuirá por el peaje, el mantenimiento y las inversiones), pero se quedarán sin clientes, que pasarán a engrosar la cartera de la comercializadora de último recurso de la zona, que coincide con aquéllas.
Fuentes de este sector califican la medida 'de expropiación', pues estas compañías se quedarán sin clientes, que pasarán a las eléctricas de Unesa. El borrador de real decreto establece que 'si la empresa distribuidora no pertenece a ningún grupo empresarial que cuente con una comercializadora de último recurso el caso de las 350 pequeñas, sus clientes se transferirán a la comercializadora del grupo propietario de la red a la que esté conectada su zona de distribución'. Para la selección de los comercializadores a tarifa se ha tenido en cuenta, según el real decreto, que 'tengan medios técnicos suficientes para garantizar el suministro y la atención al cliente de baja tensión'.
'No entendemos -aseguran las mismas fuentes- que ahora no se nos considere técnicamente capacitados, cuando llevamos décadas suministrando electricidad'. Otro tanto opinan los comercializadores independientes, que sólo pueden vender en el mercado libre, pero que desarrollan su actividad desde hace varios años.
Todos coinciden en que se va a perder la gran oportunidad incentivar la competencia, pues si se les permitiera a ellos suministrar por debajo de precio máximo muchos se verían empujados a rebajar el precio.