La rebaja fiscal de Portugal reaviva el miedo a las deslocalizaciones
Las comunidades autónomas que comparten frontera con Portugal -Castilla y León, Galicia, Extremadura y Andalucía- temen perder competitividad ante la rebaja fiscal que ha anunciado el Gobierno luso. Los primeros 12.500 euros de beneficio de las pymes portuguesas tributarán al 12,5%, cuando el tipo general en España se sitúa en el 30% y en el 25% para las pymes. En Portugal no existe esta diferencia y todas las compañías tributan al 25%.
La consejera de Hacienda de Castilla y León, Pilar del Olmo, se muestra inquieta y ya ha pedido al Gobierno central una reducción de cinco puntos en el tributo que grava los beneficios empresariales. Esta petición, sin embargo, tiene pocas posibilidades de prosperar ya que el Congreso ya rechazó esta medida cuando la propuso el PP.
Los Ejecutivos autonómicos, con la excepción de País Vasco y Navarra, no tienen ninguna competencia tributaria en el impuesto de sociedades. Aún así, algunos de ellos reconocen que están analizando la situación planteada con la rebaja de impuestos a las pymes por parte de Portugal. 'Estudiaremos medidas para ganar en competitividad y, como ya estamos haciendo ahora, potenciaremos el suelo industrial barato y reduciremos la tramitación burocrática', asegura Del Olmo.
Castilla y León representa un caso peculiar. Es la única comunidad que tiene fronteras con Portugal y también con el País Vasco, cuyo tipo de sociedades es del 28%, más bajo que en el resto de comunidades. Es decir, debe competir con territorios vecinos que ofrecen una menor carga impositiva
El grado del impacto que tendrá sobre las comunidades la rebaja tributaria del país vecino tampoco está claro. El presidente del Consejo Regional de Cámaras de Comercio de Castilla y León, Manuel Vidal Gutiérrez, asegura que ofrecer un gravamen del 12,5% para los primeros 12.500 euros de beneficio empresariales no es suficiente para provocar deslocalizaciones.
Ahora bien, el principal problema, en su opinión, estriba que en España el tipo general se encuentra en el 30% y, en Portugal, al 25%. Así, una empresa que obtenga unos beneficios de un millón de euros y que no se acoja a ningún tipo de deducción, en Portugal pagará 250.000 euros mientras que, en España, el fisco recaudará 300.000.
Esta diferencia ya es, según Vidal, significativa y puede ser decisiva para que una empresa decida ubicarse a uno u otro lado de la frontera.
Diferencias entre el tipo nominal y efectivo
El Gobierno no comparte el temor de comunidades como Castilla y León ante la reducción de impuestos de Portugal. Argumenta que el tipo efectivo, es decir, el gravamen real que pagan las empresas una vez aplicadas las deducciones, es competitivo en España. Según datos de la Agencia Tributaria, el tipo efectivo se redujo del 25% al 22,6% en 2007. Un reciente estudio de Funcas, realizado por profesores de la Universidad de Oviedo, señala que la diferencia entre el tipo nominal y efectivo en España es de las más altas de Europa. Economía defiende que en los dos últimos años ha reducido en cinco puntos el impuesto. El Ejecutivo recuerda que ningún Gobierno se había atrevido a tocar ese gravamen desde 1978 y considera que antes de acometer nuevas rebajas se debe comprobar qué efecto ha tenido la actual reducción.