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Crisis inmobiliaria

Números rojos en las cuentas de las inmobiliarias pese al respiro obtenido de la banca

La mayor parte de las inmobiliarias se han visto obligadas a refinanciar su endeudamiento en un entorno financiero de restricción de crédito, al tiempo que han tenido que hacer frente a la caída de las ventas y a la pérdida del valor de sus activos por el deterioro del mercado.

Ilustración de ladrillos
Ilustración de ladrillos

Aunque no todas estas empresas han hecho públicos los datos, la deuda conjunta disminuyó en los nueve primeros meses del año alrededor del 22,3 por ciento, hasta situarse en los 24.453,6 millones de euros, después de que algunas de ellas hayan conseguido mejorar sus condiciones financieras.

Este es el caso de Colonial y de Reyal-Urbis, que en los últimos meses han cerrado sendos acuerdos de refinanciación de sus respectivas deudas y obtenido la liquidez necesaria para poder seguir con su actividad.

El pasado mes de septiembre, Colonial consiguió refinanciar casi 7.000 millones de euros de préstamo sindicado que tenía con varios bancos acreedores, aunque la compañía ha perdido 2.475 millones por la depreciación de la valoración de sus activos inmobiliarios.

Reyal-Urbis también ha conseguido cerrar la refinanciación de deuda por importe de 3.006 millones de euros, aunque el acuerdo se alcanzó una vez cerrado el tercer trimestre.

Además, la inmobiliaria que preside Rafael Santamaría, cuyas pérdidas se quintuplicaron de enero a septiembre de este año, hasta los 374,6 millones de euros, ha cesado a su consejero delegado, Pedro Javier Rodera, debido a "la nueva coyuntura del mercado".

Otra de las inmobiliarias pendientes de sus acreedores es Metrovacesa, que tiene hasta el próximo día 27 de noviembre para refinanciar la deuda de más de 4.000 millones de euros que soportan sus propietarios, la familia Sanahuja. La inmobiliaria, con unas pérdidas de 41,5 millones de euros hasta septiembre, ha anunciado que reducirá sus inversiones hasta el año 2012 a 201 millones de euros para minimizar el impacto de la caída de la actividad residencial en España y hacer frente a las difíciles condiciones del mercado.

Martinsa-Fadesa registró unas pérdidas de 230 millones perjudicada por la situación concursal en la que se encuentra desde el pasado 24 de julio, que ha paralizado su actividad. La inmobiliaria sigue negociando con la banca el texto del convenio de acreedores, después de que no consiguiera el respaldo suficiente entre las entidades financieras para presentar un acuerdo anticipado que le permitiera quitarse una parte de la deuda (que asciende a 5.661,1 millones) y alargar los plazos de vencimiento.

Afirma (antigua Astroc) registró unas pérdidas de 199,7 millones de euros, el 10 por ciento menos que el año pasado, debido a las provisiones extraordinarias que ha tenido que realizar para compensar la pérdida de valor de sus activos.

En positivo, pero con un beneficio un 68,2 por ciento menor, cerró los nueve primeros meses del año Realia, cuyos ingresos disminuyeron el 42,3 por ciento, debido a la caída de las ventas de suelo y vivienda y al aumento de los gastos financieros asociados al incremento de la deuda.

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