España pierde en un año un 3% de competitividad frente a la OCDE
El índice de tendencia de competitividad que elabora el Ministerio de Industria refleja un deterioro del 1,4% en el tercer trimestre frente a los países de la zona euro, a causa del diferencial de inflación. La pérdida de competitividad se agrava respecto a la OCDE, con un deterioro del 3%.
En tiempos de crisis financiera y real, cuando los países tratan de reposicionarse para el nuevo orden económico, España mantiene su senda descendente en términos de competitividad. Según la estadística publicada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el índice de tendencia de la competitividad (ITC) frente a la zona euro registró un empeoramiento interanual del 1,4% en el tercer trimestre del año, una décima por encima del registrado en los dos primeros tramos del ejercicio. En septiembre, el ITC creció un 1,2%, lo que supone un deterioro competitivo (la escala del índice es inversa, de modo que un aumento supone que las empresas del país pierden terreno).
El indicador mide la evolución de los precios españoles con relación a los de otros países, tomando como referencia los precios de consumo. La caída de competitividad se explica, según Industria, por 'el diferencial de inflación de la economía española con los países con los que comparte moneda'. Ese diferencial se sitúa en una media marginalmente por encima del punto porcentual desde el inicio de la Unión Económica y Monetaria, hace nueve años.
Pero el deterioro competitivo es aún más grave respecto al conjunto de la Unión Europea: el ITC creció en el tercer trimestre un 2,7%. En este caso, 1,1 puntos del deterioro se debieron al diferencial de precios de consumo, mientras que los otros 1,6 fueron causados por la oscilación del tipo de cambio. Respecto al conjunto de los países ricos presentes en la OCDE, las empresas españolas registraron un deterioro competitivo del 3% en el tercer trimestre.
Las pérdidas de competitividad impactan directamente en la balanza de mercancías: entre enero y agosto, el déficit comercial sumaba 67.111 millones de euros, un 7% más que en el año anterior. Una situación peligrosa en tiempos de difícil acceso a la financiación exterior. El déficit se ha moderado en los dos últimos meses, pero, como ha señalado el Banco de España, esa 'mejora' se debe al fuerte deterioro que está sufriendo el consumo, lo que limita las importaciones. Las exportaciones, por su parte, mantienen su debilidad.
En cualquier caso, el deterioro comercial no es exclusivo de España: Alemania registró en septiembre una caída de su superávit del 1,6%, mientras el déficit alcanzaba en Francia la cifra récord de 6.250 millones de euros.
Puesto 17 en el ranking de países exportadores
Pese al deterioro de la competitividad, España logró mantener su cuota sobre el comercio mundial el año pasado. Según la Organización Mundial del Comercio, exportó en 2007 mercancías por valor de 241.000 millones de dólares, un 1,7% del total del comercio global. Ese mismo porcentaje se registró en 2006, cuando las empresas españolas vendieron 205.500 millones de euros, lo que situó a España como el decimoséptimo país más exportador de 2007, aunque el conjunto de sus ventas no llegó a la mitad de las de Holanda. Respecto a la cuota importadora, España aparece en el undécimo puesto mundial, con un 2,6% de las compras al exterior.
El Banco Mundial prevé la caída global del comercio
Las perspectivas del comercio internacional no van a facilitar la mejora de la posición española. Ayer mismo, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, anunció para 2009 la primera retracción del comercio global desde 1982, como consecuencia de la crisis. El mundo tiene problemas de liquidez y para atenuar ese impacto, el BM pretende liberar 1.500 millones en los próximos días, según anunció Zoellick en la reunión de ministros y presidentes de bancos centrales del G-20 en São Paulo, previa a la cumbre presidencial de Washington. Según el Banco Mundial, 'el proceso de ajuste significará la reducción de empleos en muchos países'.