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Luis Sánchez de Lamadrid

'El sentimiento del mercado es negativo, pero empieza a cambiar'

Sánchez de Lamadrid dirige BSI en España, una de las primeras entidades suizas de banca privada. Su principal objetivo es ver cómo se puede afrontar esta histórica crisis.

La actual conyuntura le obliga a centrar su discurso en los datos macroeconómicos, más que en recomendaciones concretas de inversión. Con todo, el consejero delegado de BSI estima que, una vez superado el riesgo de desmoronamiento del sistema financiero, lo peor ha pasado, aunque al mundo le quede por delante una recesión de la que ahora no se conoce ni la dimensión ni la duración.

¿Es tan desolador el panorama mundial como se desprende de los datos y las previsiones que casi todos los días salen a la luz?

Puede que quede por delante un largo y difícil periodo, pero lo más importante es que estamos superando el riesgo de hundimiento del sistema financiero. Con la intervención de los bancos centrales y los Gobiernos se ha evitado su quiebra, aunque pueda anunciarse la caída de algún banco más. Una vez hemos dominado ese miedo, estamos más centrados en los problemas económicos. La crisis se ha convertido en una tremenda preocupación basada en la realidad: estamos viendo previsiones de crecimientos negativos de las principales economías y destrucción general de empleo, no sólo en España. Además antes del crac bancario los expertos se interrogaban sobre si Estados Unidos iba a entrar en recesión o no. Ahora no existen dudas, porque esos problemas han dado un empujón hacia abajo a todas las economías. En definitiva, hemos pasado la primera mitad del año preocupados por la subida del petróleo y otras materias primas; los últimos tres meses, por el sistema financiero y el mercado monetario; y aunque éste sigue siendo una importante referencia, ahora queremos saber cuán profunda y larga va a ser la crisis.

¿Cómo cree que puede seguir afectando este entorno a los mercados?

Estamos ante una de las mayores crisis económicas de la historia reciente y es el tema que más impacta en los mercados. El miedo a la recesión se está trasladando al sentimiento de las empresas y de los consumidores, aunque algunas medidas, como la bajada de los tipos de interés, sirvan por ejemplo para que el euríbor a doce meses se relaje.

Se intenta volver a la normalidad, aunque sea una normalidad marcada por la recesión, pero está costando. El mercado de crédito sigue bastante seco, hay muy pocas nuevas emisiones y las que salen tienen muchas dificultades para colocarse. La volatilidad de las Bolsas ha sido muy superior a las de la crisis de 2001 y 2002, mientras que la renta fija ha caído proporcionalmente más que la renta variable.

Este es un pequeño resumen del panorama actual, que algunos comparan con el crac del 1929, aunque creo que no tiene nada que ver. Los problemas financieros se han trasladado a la economía real de forma inmediata, mientras que hace 70 años habrían tardado varios años. Si tenemos unas caídas muy rápidas, pero conseguimos que el ajuste sea rápido acabarán antes.

¿Y como impactará en las empresas, que son uno de los principales actores de la economía real?

Vemos que la falta de liquidez no sólo ha afectado a sus planes futuros, las compañías se enfrentan a problemas para financiar el circulante, incluso las más importantes. Por eso, empresas como Iberdrola, que tiene un endeudamiento alto pero cuenta con un perfil de bajo riesgo, ha llegado a bajar un 50% desde máximos. Hay cosas que no tienen sentido, porque nosotros no creemos que va a reducir resultados en un porcentaje ni siquiera parecido. Esa situación se puede extender a otras utilities o a Telefónica.

También, pese a recuperaciones puntuales, la Bolsa no abandona la tendencia bajista...

Eso es así, pero hay que tener en cuenta que las Bolsas, pese a las fuertes descensos que acumulan que son superiores al 40%, tal vez no han caído tanto como lo que podrían haberlo hecho. Eso se debe a que las valoraciones de gran parte de las compañías estaban muy ajustadas, tenemos que tener en cuenta que en los máximos de los mercados, que se marcaron hace unos 12 o 14 meses, las Bolsas europeas estaban cotizando a PER de 13 o 14 veces, que históricamente son bajos frente a las medias de 17 o 18 veces.

¿ Siguen los inversores buscando básicamente la seguridad?

El sentimiento se mantiene negativo, aunque está empezando a cambiar lentamente. Hemos visto cómo se buscaba ante todo la seguridad, con salidas de los depósitos hacia las letras del Tesoro. Además, las únicas que han sido capaces de crecer en depósitos son las principales entidades financieras; las medianas y pequeñas han perdido mucho en esta etapa.

Otras opciones se vuelven a empezar a ver, pero sobre la base de que la Bolsa está muy volátil y que la renta fija cuenta con poca liquidez. Así, en estas últimas semanas, los inversores que querían desprenderse de sus bonos no podían hacerlo, aunque fuesen de elevada calidad. Además, a esto se ha unido el miedo a que las calificaciones de las emisiones no fueran las correctas, porque las agencias de rating han perdido credibilidad. Como consecuencia, los inversores han preferido también los fondos que invierten en bonos estatales. Pero ahora, se empieza a ver menos presión sobre esos activos totalmente seguros.

La Bolsa adelantará la salida de la crisis

En opinión del directivo de BSI, puede ser conveniente estar atentos a la duración de la crisis si se va a invertir. 'Si la recesión se alarga un año o año y medio, probablemente estaremos próximos a ver el fin de las fuertes caídas de las Bolsas, que históricamente se han adelantado al ciclo económico. Hemos comprobado que, en muchas ocasiones, en países con crecimiento cero, el mercado subía, porque estaban en la parte final del ciclo', indica. Estima que es posible que aún falten algunos meses, pero que veremos a los mercados recuperarse antes de que los datos macroeconómicos -como el crecimiento, empleo o índices de confianza- sean positivos. Añade que ahora quien no quiera asumir la volatilidad de los mercados es mejor que no entre en Bolsa. aunque matiza que hay que tener en cuenta que 'coger el mercado en el valle es imposible'. Ahora lo importante es buscar alternativas idóneas: compañías que con poca exposición al ciclo y con una deuda controlada. 'En las carteras que estamos elaborando entran valores defensivos y que se han visto muy castigados, como Iberdrola o Eon. O en empresas de infraestructuras -la gran apuesta del mundo-, como Vinci o FCC.

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