La familia Martínez Sampedro pone en venta Codere por falta de financiación
La familia Martínez Sampedro ha puesto en venta el 71% de Codere, al no hacer efectivo el viernes el pago de 187 millones que adeudaban a sus antiguos socios, los hermanos Franco. La compañía deja, sin embargo, la puerta abierta a un acuerdo entre ambas familias o a la entrada de un socio financiero.
El futuro de Codere pendía de un hilo y, finalmente, sus propietarios han colocado sobre la compañía el cartel de en venta. El principal accionista de la sociedad, la familia Martínez Sampedro, no ha podido hacer efectivo el pago que debían a sus antiguos socios, los hermanos Franco.
En concreto, aún les adeudaban alrededor de 187 millones de euros, que tenían que haber abonado antes del viernes 31 de octubre. En caso contrario, Jesús y Joaquín Franco se guardaban la opción de exigir la venta de la participación de sus antiguos socios.
Los propietarios de Codere controlan el 51,3% del grupo a través de la sociedad instrumental Masampe Holding, pero elevan su control hasta el 71% debido a las acciones que poseen de manera individual. Una participación que, al precio de cierre del viernes, está valorada en 259,93 millones.
La compañía no descarta un acuerdo entre los antiguos socios
Como informó el pasado mayo CincoDías, en 2006 Masampe adquirió a los propietarios de Recreativos Franco más de 17,88 millones de acciones de Codere, a los que se sumó 1,1 millones de títulos de Intermediate Capital Investment (ICIL). En total, se hizo con el 39,5% del capital del operador de casinos y apuestas deportivas por un importe de 391 millones de euros. De esa cifra, sólo abonaron al contado 41 millones.
José Antonio, Encarnación y Luis Javier Martínez Sampedro eximieron a Masampe de la restante obligación de pago, que ellos asumieron de forma individual y pospusieron en dos plazos, según señalaron en su folleto de salida a Bolsa.
El primero, de 162 millones de euros se hizo efectivo en julio de 2007, aunque inicialmente estaba previsto para el 30 de abril de ese año. Mientras, el segundo de 187 millones (176 más los intereses correspondientes) se fijó para el 30 de abril de 2008, con un plazo de prórroga de seis meses. Es decir, hasta una fecha tope que se cumplía el pasado viernes.
En caso contrario, los hermanos Franco tenían derecho a exigir a la familia Martínez Sampedro 'la puesta en venta de, como máximo, todas las acciones de Codere que sean de su propiedad, directa o indirecta', explicaban en el folleto de salida al parqué en octubre de 2007.
'Los Martínez Sampedro y los Franco han iniciado contactos para evaluar la situación, posibles alternativas y el eventual desarrollo del proceso de puesta a la venta tal y como está definido en el contrato sin que a fecha de hoy se haya alcanzado ningún acuerdo al respecto', explicaba el viernes Codere a la CNMV.
'A partir de hoy cualquiera de las partes puede iniciar el proceso de venta de las acciones de Codere titularidad, directa o indirecta de los hermanos Martínez Sampedro', reconocía al órgano regulador.
Sin embargo, fuentes de la compañía apuntan que aún está sobre la mesa un abanico de posibilidades. Aunque destacan que se trata de un asunto particular entre actuales y antiguos accionistas de la sociedad, dejan la puerta abierta a varias opciones: la recompra de los títulos por parte de los hermanos Franco, la entrada en el accionariado de un nuevo socio financiero o industrial y -la más factible- la venta de la compañía.
'El contrato no impide a ninguna de las partes, ni a los Martínez Sampedro ni a los Franco participar como compradores en el proceso de venta, por lo que el mismo podrá no resultar en la venta del 71%', señalaba la compañía hace un mes a la CNMV. Sin embargo, matizaba después que 'si como consecuencia del proceso de venta se produjese la adquisición por un tercero del control de Codere, quedará sujeto al régimen de Ofertas Públicas de Adquisición de acciones'.
Cofundadores, socios y proveedores del grupo
Aunque desde la compañía dejen abiertas todas las puertas, lo cierto es que el futuro accionariado de Codere está en manos de quienes hasta hace sólo dos años eran unos de sus principales accionistas, con el 40% del capital, además cofundadores.No sólo eso, la familia Franco sigue siendo uno de los principales proveedores del operador de bingos, casinos y apuestas deportivas, a través de su sociedad Recreativos Franco.Coincidiendo con su salida a Bolsa en 2007, Codere señalaba a la CNMV que el 38% de sus máquinas recreativas eran suministradas por los Franco. Una cifra que alcanzaba el 80% en el caso de las máquinas denominadas 'tipo B' (las tragaperras) ya que copan gran parte del mercado español de este tipo de máquinas de juego.