Cuando dejar el poder engorda el bolsillo
Blair sigue los pasos de otros ex mandatarios y gana en un año seis veces más que en su vida política.
En junio del año pasado, Tony Blair presentaba su dimisión a la Reina Isabel II tras diez años al frente del Gobierno británico. Desde entonces, el ex premier ha ganado 15 millones de euros, según el cálculo del diario The Times, cifra que multiplica por seis los ingresos de Blair en sus 24 años en la política.
El antiguo inquilino de Downing Street se ha convertido en la figura pública mejor pagada por sus discursos, superando incluso a Bill Clinton, que ganó 9,2 millones de dólares durante el primer año fuera de la Casa Blanca, asegura el rotativo británico. Incluso hay una lista de espera de clientes, que estarían dispuestos a pagar 250.000 libras (316.000 euros) por un discurso de Blair -representado por la agencia Washington Speakers Bureau, en cuya lista figuran Alan Greenspan o José María Aznar- de hora y media.
Según la misma fuente, Blair recibe el equivalente a 106.000 euros del Estado británico para gastos de su oficina particular y tiene además una pensión anual de unos 80.000 euros. A estas cantidades hay que sumar los 5,8 millones de euros que le han reportado sus memorias, aún no publicadas, más los 2,5 millones que cobra como asesor a tiempo parcial del banco de inversiones JPMorgan Chase y 630.000 euros de Zurich Financial Services.
Clinton y Gore donan parte de sus beneficios
Soltar el poder puede incluso no ser traumático. Como Blair, ex presidentes y primeros ministros se ganan la vida dando conferencias por foros repartido por todo el mundo. Las instituciones que los contratan 'quieren la experiencia y sabiduría de alguien que ha tocado poder', asegura Sean Carroll, director de Programas del Club de Madrid.
Esta organización integra a 70 ex jefes de Estado y de Gobierno que suman más de 2.000 años de experiencia política. Aportan una combinación de credibilidad, experiencia, inteligencia y acceso a líderes actuales, explica Sean Carroll. Claro que algunos cachés dificultan el trabajo del Club de Madrid, porque no pagan a sus miembros. 'Unos están más involucrados que otros, no todos pueden prestar el mismo tiempo, pero entienden la idea, quieren participar, porque les ofrece la oportunidad de hacer algo distinto', comenta el director de Programas del Club de Madrid.
Uno de sus miembros, Bill Clinton, es uno de los conferenciantes top. El ex presidente de Estados Unidos, que recibe una pensión presidencial de unos 200.000 dólares anuales (155.000 euros), habría ganado 51 millones de dólares (39 millones de euros) con sus discursos alrededor del mundo, según Forbes. En Canadá, llegó a cobrar por dos conferencias 475.000 dólares, más del doble de su sueldo como presidente. A Clinton le han escuchado en corporaciones de todo el mundo, entre ellas, Lehman Brothers. Sin embargo, no todos los beneficios que obtiene van a su bolsillo, pues el ex presidente destina el grueso de las ganancias a su fundación, dedicada a la cooperación con el mundo en desarrollo y la lucha contra el sida.
El negocio del clima
Mejor le han ido las cosas a su vicepresidente, Al Gore. El Premio Nobel de la Paz 2007 tiene una fortuna de 100 millones de dólares (77 millones de euros), según la revista norteamericana Fast Company. Desde el estreno de su documental Una verdad incómoda, con el que ganó un Oscar, Gore ha venido dando 150 discursos al año. Su caché estaba en 2007 entre 69.000 y 117.000 euros por discurso. Gore también cede parte del dinero que obtiene con sus discursos a instituciones, como la Alianza para la Protección del Clima, de la que es presidente.
Al dejar el poder, los políticos se convierten en ciudadanos privados, pero siguen siendo figuras públicas, por lo que tienen que tener cuidado con las responsabilidades que asumen, coinciden algunas fundaciones que invitan a líderes de opinión a sus seminarios. No hay más que recordar las duras críticas que recibió el ex canciller alemán Gerhard Schröder cuando ocupó la presidencia del consejo de vigilancia de Gazprom, tras conocerse que un sólo mes después de dejar su cargo como canciller, el Gobierno alemán avaló una operación de la gasista rusa. La experiencia de los ex presidentes españoles también está muy cotizada. El último, José María Aznar, ha encontrado un filón en las conferencias. Es el único español en la lista de la Washington Speakers Bureau.
Aznar imparte seminarios sobre política contemporánea europea en la Universidad de Georgetown desde 2004 y más recientemente ha ampliado su experiencia docente al Instituto Tecnológico de Monterrey (México), donde imparte cursos en la cátedra de Ciudadanía, Liderazgo y Desarrollo.
Las fortunas de los aspirantes
Si examinar los ingresos de los ex-políticos resulta un ejercicio suculento, hacer lo mismo con los aspirantes a altos cargos de responsabilidad es si cabe más interesante. Es el caso de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Al margen de la diferencia de dinero invertido en cada uno de los candidatos -el presupuesto de Barack Obama para la campaña es muy superior al de John McCain-, tanto uno como otro han tenido que hacer público su presupuesto familiar. El candidato demócrata y su esposa Michelle declararon el año pasado unos ingresos de 3,2 millones de euros, de los cuales 3 millones procedieron de royalties cobrados por derechos de libros publicados por el senador de Illinois. Por su parte, John McCain declaró unos ingresos de 660.000 euros más gastos de 210.000 euros en ayudantes y asistentes. Su esposa, rica heredera de un negocio de distribución de cerveza, hace su declaración por separado y en 2006, último dato conocido, había ingresado 4,6 millones de euros. Las cifras son más modestas en el caso de los vicepresidentes. El matrimonio Palin tuvo en 2007 unos ingresos de 125.000 euros, mientras el candidato demócrata, Joe Biden, ingresó junto con su esposa 250.000 euros. Los Biden donaron a fines benéficos 770 euros, por debajo de Sarah Palin y su marido, que donaron 2.570 euros.