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Tendencias

Jugarse el dinero en la dura batalla por la victoria política

Las apuestas electorales funcionan como un mercado de futuros y a veces aciertan más que las encuestas.

Jugarse el dinero en la dura batalla por la victoria política
Jugarse el dinero en la dura batalla por la victoria políticaREUTERS

Dicen que hay que apostar siempre contra tu propio equipo, porque si gana, gana tu equipo, y si pierde, ganas la apuesta. Pero los apostantes de verdad, que prefieren ganar dinero, juegan por aquello que creen realmente que ocurrirá. También en las apuestas políticas, que mueven millones de euros en el mundo, y que además tienen un valor predictivo.

En España sólo las casas online pueden hacer este tipo de apuestas, puesto que están prohibidas en las casas presenciales. En algunas como Unibet o Miapuesta.com se juega contra la banca, mientras que Betfair es un simple intermediario entre los apostantes, y se lleva una comisión de entre el 2% y el 5%. El duelo Obama-McCain ya ha movido 10,8 millones de euros, y el de las primarias demócratas Obama-Clinton movió otros tantos, todos de apostantes de fuera de EE UU, donde están prohibidas las apuestas online.

Las apuestas de Betfair funcionan como un mercado de futuros. Se puede entrar y salir en cualquier momento, pudiendo ganar y perder en cada caso. A diferencia de los sondeos electorales, los apostantes no revelan ningún pensamiento íntimo y tampoco juegan con el efecto que pueda causar su respuesta; simplemente se limitan a intentar ganar. Además son muchas apuestas y duran bastante tiempo, por lo que su potencial predictivo es mayor que si fueran algo puntual, más aleatorio.

En varias elecciones anteriores las apuestas han resultado más precisas que las propias encuestas. En 1992 predijeron la sorprendente victoria de los conservadores en el Reino Unido. Los expertos en sondeos son escépticos. Fernando López, vicepresidente de Metroscopia, cree que es la clase de predicciones que 'funcionan hasta que dejan de funcionar, como la del pueblo en el que siempre gana el partido que gana en el total de España'. Lo considera un 'antimétodo científico', puesto que la muestra no es representativa.

El perfil del apostante político en España, coincide, según Sacha Michaud, director en España de Betfair.com, con el del apostante deportivo, 'un hombre, de entre 25 y 40 años, universitario, de nivel medio-alto y al que le gusta mucho el deporte, la competición'. Entre ellos hay gente que apuesta sólo por divertirse y quien 'dispone de mucha información y apuesta mucho para ganar mucho también'.

Los diversos acontecimientos, en concreto los debates, tienen un efecto claro. Como en los mercados de Bolsa, hay turbulencias, especulación, gente que mete un dinero a un candidato y luego lo saca, sobre todo a corto plazo. Pero a falta de una semana para las elecciones estadounidenses, 'ya es un mercado maduro', señala Michaud, 'a falta de una gran sorpresa'. Ahora mismo Obama se paga 1,11 a 1, mientras que McCain vale 10 a 1. Eso quiere decir que el 90% de las apuestas van a favor de Obama, que siempre ha estado por delante desde que se conoció su designación por el partido demócrata.

López acepta que un mercado predictivo refleja toda la información accesible, incluidas las propias encuestas, que cuentan sin embargo con el inconveniente del voto oculto. Jorge Clemente, consejero técnico de TNS Demoscopia, destaca que en las apuestas no está la opción 'no sabe/no contesta', 'que es donde se apoya el votante receloso'. Tampoco cuando se pregunta a la gente no quién quiere que gane, sino quién cree que lo hará, se obtienen respuestas del todo sinceras.

En las últimas elecciones generales españolas se invirtieron 160.000 euros, de las cuales el 20% se hicieron desde el extranjero. Zapatero encabezó las apuestas desde el principio. Ahora le toca el turno a Obama, que pese a sus seis puntos de diferencia reconoce que hacen falta 10 para ir seguro a las elecciones. Los que se juegan el dinero no tienen tantas dudas.

Adivinación democrática

El científico británico Francis Galton comprobó en 1906 que en ocasiones lo que piensa la mayoría es correcto. O más bien, que la media de lo que dice la mayoría lo es. En una feria de ganado varios cientos de visitantes estimaron el peso de un animal a ojo. La media de sus estimaciones fue 543 kilos, sólo cinco por debajo del precio real.Empresas como Google utilizan estos mercados predictivos habitualmente, por ejemplo para predecir cuándo saldrá un producto al mercado. 'Si haces un concurso anónimo y premias al empleado que más se acerca obtendrás respuestas sinceras, no las que quieres escuchar', señala Sacha Michaud, director en España de Betfair.En el Iowa Electronics Markets, de la Universidad de Iowa, se apuesta desde 1988 a las elecciones presidenciales. Ahora dan ocho puntos de ventaja a Obama sobre McCain. No funciona bajo la supervisión de los organismos reguladores puesto que sólo se pueden invertir cantidades de hasta 400 euros. También hay un Hollywood Stock Exchange que juega sobre las recaudaciones de las películas.El libro La Sabiduría de los Grupos (The Wisdom of the Crowds) de James Surowiecki explica estos y otros ejemplos. Los mercados predictivos también pueden ser manipulados por líderes influyentes sobre todo si tienen un tamaño escaso, y si los participantes están demasiado implicados en el resultado.

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