El aeropuerto de Ciudad Real sigue sin licencia a un día de su estreno
La falta de la preceptiva licencia del Ministerio de Fomento ha motivado la suspensión de los vuelos que iban a iniciarse mañana en el Aeropuerto de Ciudad Real, el primero en España construido con capital privado.
Ayer, a dos escasos días de la anunciada apertura, los promotores de CR Aeropuertos, S.L. han reconocido su imposibilidad para comenzar a operar tras la decisión del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de no dar el visto bueno hasta que se cumplan con los requisitos recogidos en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA).
Desde sus inicios, en 1998, la ubicación elegida para su construcción entró en grave conflicto ambiental con la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), un espacio protegido por la Unión Europea a propuesta del Gobierno regional por su importancia como hábitat para la conservación de un gran número de especies de aves esteparias, y cuya afección está resultando determinante en el futuro de este proyecto.
Las principales organizaciones ecologistas del país, SEO-BirdLife, Ecologistas en Acción y WWF-Adena, han levantado durante todos estos años la voz de alarma por el lugar elegido por los promotores, por considerar que el proyecto afectaba a la conservación de especies de aves amenazadas.
Los conflictos medioambientales a los que se ha enfrentado el proyecto, que ha contado con el respaldo del Gobierno Regional y de todas las fuerzas políticas y organizaciones sociales de la región, han forzado a que el proyecto haya tenido que ser sometido a tres evaluaciones de impacto ambiental (2000-2002 y 2006).
La Comisión Europea que actúa como garante del cumplimiento de la Red Natura 2000 que regula los espacios protegidos en el conjunto de Europa, ha tenido un papel fundamental en el proceso de construcción del aeropuerto, al exigir en numerosas ocasiones el estricto cumplimiento de la legalidad vigente.
Los requerimientos ambientales que debía cumplir el proyecto han llevado a los promotores del aeropuerto en estos últimos diez años a modificar las características técnicas de estas instalaciones.
Así se ha pasado de ocupar una extensión de 1.600 hectáreas de terreno con dos pistas de 4.600 metros de longitud y capacidad para 800 operaciones de vuelo diarias y un volumen de pasajeros de treinta millones al año, a un aeropuerto con una superficie de 1.234 hectáreas con una sola pista y una capacidad máxima de 350 operaciones de vuelo diarias, que supondrían un movimiento de nueve millones de pasajeros al año.
Con todo ello, la inversión total del proyecto se ha elevado a algo más de 1.100 millones de euros, de los que algo más de 400 se ha empleado en su primera fase de construcción y cerca de 650 se invertirían en una segunda.
Nuevos socios
El accionariado del aeropuerto está liderado por empresas como Inversiones Aeroportuarias del Centro S.A., que cuenta con el 42,74% del capital, CCM Corporación (25,11%), Grupo Industrial Galco (9,12%), Iberdrola (8,99%), Santiago Mateo Sauquilllo (5,02%), CCM (5,02%), Isolux Corsan (3,01%), Aeropuerto de Ciudad Real (0,90%) y Fundación de la Universidad de Castilla-La Mancha (0,05%).
No obstante, en las últimas semanas la Junta de Accionistas, a propuesta del Consejo de Administración, ha previsto una ampliación de capital de 125 millones de euros que podría favorecer la entrada de nuevos socios.
En este tiempo, el aeropuerto no sólo se ha visto inmerso en la polémica ambiental, también ha tenido que sortear los problemas que le ocasionó su estrategia comercial de denominarse 'Madrid Sur Ciudad Real', un nombre que provocó que la Comunidad de Madrid amenazará con denunciarlo por utilización indebida de los signos distintivos de esta comunidad autónoma.
Antes de llamarse 'Madrid Sur Ciudad Real', el aeropuerto había recibido otros nombres como el inicial de 'Aeropuerto de Ciudad Real', al que siguió el de 'Don Quijote Airport', para, finalmente, ser denominado 'Aeropuerto Central Ciudad Real'.
La construcción del aeropuerto ha avanzado en los últimos meses hasta completar su equipamiento técnico y de personal para iniciar las operaciones de vuelo, para lo que ha llegado también a suscribir acuerdos comerciales con las compañías aéreas Air Berlín y Air Nostrum.
La compañía española tenía previsto volar mañana con dos rutas regulares directas a Barcelona y Gran Canaria, mientras que la compañía alemana comenzaría a operar el día 2 de noviembre, con varios vuelos semanales a Palma de Mallorca desde donde se podrá enlazar con distintas ciudades del centro de Europa.