El arte mudéjar aragonés desde Teruel a Calatayud
La riqueza arquitectónica de una provincia olvidada.
La provincia de Teruel ofrece una gran riqueza natural y arquitectónica, y siempre es un buen momento para visitar esta zona injustamente olvidada por las sucesivos responsables políticos. Comenzamos nuestra ruta en la capital, cuya arquitectura mudéjar fue declarada patrimonio de la humanidad en 1986.
Los mudéjares fueron los musulmanes que siguieron viviendo en la Península Ibérica tras la reconquista. Muchos de ellos fueron excelentes artesanos y constructores que trabajaron en los edificios cristianos entre los siglos XII y XIV.
El mudéjar aragonés se caracteriza por materiales baratos como el ladrillo, el yeso o la madera, lo cual a priori debería dificultar su conservación. Que las construcciones se mantengan en buen estado es el mejor indicador del talento de sus constructores. Con simples ladrillos crearon imponentes estructuras con bellas ornamentaciones y arcos de medio punto. Con el yeso decoraban los estucos y celosías, pero su especialidad fueron las techumbres de maderas policromadas. Aún hoy, réplicas de estas estructuras son muy demandadas para sus mansiones por millonarios árabes o estadounidenses.
Hay numerosas torres mudéjares por Teruel; mención especial merece la catedral, con su gran torre-campanario de remate octogonal. Otra seña de identidad está en una capilla adosada a la Iglesia de San Pedro, y es el mausoleo de los amantes de Teruel, con sarcófagos esculpidos por Juan de Ávalos.
También es muy conocida la plaza porticada del Torico en el centro de la ciudad, presidida por la escultura de un pequeño toro. Tras salir por la N-420 se llega a Montalbán, donde se halla la imponente iglesia-fortaleza de Santiago. En el camino a nuestro destino hay puntos de notable interés como Olalla o Daroca. Calatayud es la segunda ciudad más poblada de la provincia, y en ella se conservan numerosas plazas medievales. Entre sus edifícios mudéjares destaca la colegiata de Santa María.
Un alto en el camino
DormirParador de Teruel. Ctra. Sagunto-Burgos, N-234. Teruel. Está a las afueras de la ciudad, y ocupa un palacete de aire mudéjar convenientemente acondicionado. Tanto en las amplias habitaciones como en las estancias comunes predominan los detalles decorativos más conocidos de la zona. Tel.: 978 601 800Hospedería El Pilar. C/ Baltasar Gracián, 15. Calatayud. Este acogedor establecimiento está situado en el casco viejo. Ocupa un palacio medieval restaurado, con amplios espacios comunes. Dispone de 14 habitaciones con decoraciones diferenciadas. Tel.: 976 897 020ComerAmbeles. Rda. Ambeles, 6 Teruel. Predomina la cocina aragonesa y también la vasca, una combinación interesante. Se recomienda el revuelto de la casa y el bacalao a la mousse de ajos tiernos. Tel.: 978 610 806Posada de Almundí. C/ Grajera 5-9, Daroca. Perteneciente al hotel del mismo nombre, en sus salones se puede degustar una cocina creativa, donde destacan productos de la zona como borrajas. Se recomienda la lasaña de pierna de cordero, así como los vinos con denominación aragonesa. Tel.: 976 800 606La Brasa. Pº Cortes de Aragón, 6 Calatayud. Es un pequeño restaurante familiar con paredes de piedra y detalles de azulejería turolense. La especialidad es la comida regional. Destacan las verduras y las carnes a la brasa. Tel.: 976 882 470
En marcha
Teruel. La capital acoge Dinópolis, una original combinación de parque temático, museo y laboratorio de investigación, que divulga la abundancia de los yacimientos paleontológicos que tiene la región. Además se pueden visitar cinco yacimientos por la provincia.Olalla. Desde Daroca, por la N-211 se llega a Olalla, donde apenas viven cien habitantes. Se encuentra en la sierra Pelarda, rodeada de pinares y en un terreno muy frío en invierno. Además de varias ermitas, allí se conserva la torre del siglo XVI de una iglesia antigua, con decoración de frisos y rombos.Báguena. El principal atractivo de esta pequeña localidad de la comarca de Calamocha es la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVII, un edificio barroco de torre mudéjar. Se cuenta que Báguena nació alrededor de una fortaleza que después fue ocupada por los templarios.Daroca. En esta villa encontramos la primera torre mudéjar de Aragón, en la Iglesia de Santo Domingo de Silos, del siglo XIII. Otro punto de interés es el palacio de los Luna, construido en el siglo XV. Pero lo más destacado es su muralla medieval, de cuatro kilómetros de longitud.Maluenda. Otro pueblo con abundancia de arte mudéjar. Lo encontramos en la iglesia de Santa Justa, de Santa María, en las ruinas de la iglesia de San Miguel (que antes fue mezquita), y en las torres de la iglesia de la Asunción. Entre las viviendas destaca la casa Ciria, también llamada casa del arco al estar sobre una de puertas de entrada al pueblo.