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Crisis financiera

Dimite la cúpula de la Caisse d'Epargne tras una pérdida bursátil de 600 millones

Los tres máximos dirigentes de la Caisse d'Epargne dimitieron ayer después de que el grupo bancario que reúne las cajas de ahorro francesas reconociera el viernes haber sufrido una pérdida de unos 600 millones de euros por un "incidente" de mercado.

El presidente de Caisse d'Epargne, Carles Milhaud (i)
El presidente de Caisse d'Epargne, Carles Milhaud (i)Reuters

El presidente de la Caisse d'Epargne, Charles Milhaud; el director general, Nicolas Mérindol, y el responsable financiero, Julien Carmona, presentaron su dimisión en una reunión del consejo de vigilancia convocada con carácter excepcional para tratar de las consecuencias de esas pérdidas.

Milhaud, en una entrevista publicada por Le Journal du Dimanche, había reconocido sentirse "responsable" por ese "incidente" que consideró "grave" y que le afectaba "profundamente".

El relevo en los órganos de dirección de la entidad mutualista llega después de que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y otros miembros del Gobierno hubieran pedido a los responsables de la Caisse d'Epargne que asumieran sus responsabilidades.

Los ejecutivos que ahora han dimitido previamente habían despedido, como responsables directos de los hechos al gerente de la cartera bursátil del banco, a su equipo, al responsable de la cuenta propia de Caisse d'Epargne y al director de la gestión financiera.

Desvinculación con Société Générale

No obstante, Milhaud había subrayado que este caso no tiene nada que ver con el sufrido por el banco francés Société Générale, que el pasado mes de enero anunció 4.900 millones de euros de pérdidas por las prácticas fraudulentas de uno de sus operadores de mercados, Jérôme Kerviel.

En este caso, subrayó Milhaud, todo ocurrió en unos días a comienzos de este mes cuando se hundieron los mercados bursátiles, que "nadie intentó disimular nada", que "tampoco hubo voluntad de enriquecimiento personal ni malversación", aunque admitió que se habían violado las reglas internas.

De la operación en sí misma, Caisse d'Epargne ha explicado que la dirección fue informada el pasado lunes de que había una pérdida de unos 100 millones de euros en operaciones de derivados de títulos a causa del hundimiento de la bolsa, y que las posiciones del banco en ese momento acarreaban de hecho una exposición a "pérdidas mucho, mucho más importantes".

Se decidió abandonar urgentemente esas posiciones, lo que condujo finalmente a los citados 600 millones de euros.

Este incidente no debería alterar las discusiones con el también francés Banque Populaire para crear "el segundo grupo bancario" del país y "el sexto por tamaño a nivel europeo", con 100.000 empleados y 30 millones de clientes.

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