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No se olvide...

El cinturón de tres puntos

Este sencillo mecanismo de seguridad es el más veterano de los que se utilizan, y sin embargo sigue siendo el que más vidas salva año tras año. Lo inventó el ingeniero de Volvo, Nils Bohlin, un apasionado de la aviación que quiso aplicar algunos de sus principios a los automóviles.

Anteriormente, en algunos coches se utilizaban unos cinturones llamados de regazo o pélvicos, de dos puntos, cuya protección era mucho menor. El cinturón de tres puntos se registró en 1958, y al año siguiente se incorporó a todos los modelos de la marca sueca. Respecto a la colocación, la zona baja debe ir sobre la pelvis, no sobre el abdomen; y la banda superior sobre el hombro. La utilización de pinzas para reducir la presión sobre el cuerpo puede disminuir su efectividad.

Por supuesto, su uso es obligatorio tanto en las plazas delanteras como en las traseras. En caso de una fuerte colisión frontal, si el ocupante posterior no lleva cinturón saldrá disparado contra el asiento delantero. En otro tipo de colisión podría impactar contra cualquier ocupante del coche. La física es muy simple: si un coche viaja a 50 kilómetros por hora y choca con un objeto pesado e inmóvil, el cuerpo del viajero tenderá a salir disparado a esa velocidad. Esto es especialmente trágico en el caso de los niños, que precisan de sistemas de sujeción adicionales. El cinturón también ayuda a mantener la consciencia después de un impacto, lo que puede ser importante.

Según los cálculos de la Administración de Seguridad del Tráfico en EE UU, los cinturones de tres puntos han salvado la vida a unas 200.000 personas.

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