El arte moderno se prepara para afrontar el paso del tiempo
La Tate y Axa Art colaboran en un proyecto para conservar las obras realizadas con pintura acrílica.
Jeremy Moon (Altrincham, Cheshire, Gran Bretaña, 1934-Londres, 1973) fue uno de los protagonistas del Minimal Art, corriente artística surgida en los años 60 de la que la Fundación Juan March ofreció una representación la pasada primavera. Moon, como Warhol, David Hockney o Roy Lichtenstein, ha plasmado su universo artístico en pintura acrílica. Una técnica que hoy plantea problemas de conservación y sobre la que ya trabajan los expertos. La Tate de Londres tiene en marcha un proyecto de investigación cuyo objetivo es preservar el arte moderno para las generaciones futuras. Untitled 2/72 de Moon ha sido la primera obra tratada.
El arte moderno y contemporáneo alcanza las mayores cotizaciones en el mercado. Entre septiembre de 2001 y julio de 2007, los precios han aumentado un 233%, según la empresa analista francesa Artprice, frente al 152% del arte en su conjunto. Es un arte joven, y a pesar de ello, ya requiere conservación.
La pintura del siglo XX que tantos récords ha cosechado suele contener aglutinantes y pigmentos sintéticos, la mayoría, inventados para su uso doméstico y no para su utilización artística, de ahí los problemas para alcanzar una buena conservación. Las colecciones de instituciones públicas y privadas en todo el mundo contienen pintura acrílica y en el caso de la Tate, el porcentaje de obras llega al 30%. El proyecto de investigación, que cuenta con el patrocinio de Axa Art (compañía aseguradora de obras de arte), contempla la investigación y limpieza de cinco obras de la colección hasta octubre de 2009.
La investigación ha sido bien acogida entre los artistas. David Hockney recuerda que la pintura al óleo ha sido utilizada durante seis siglos, frente al medio siglo de antigüedad de la acrílica, por lo que considera importante toda investigación que garantice que estas obras de arte se mantendrán en buen estado durante siglos.
Después de la pintura de Moon y de Portrait of Brooke Hayward (1973) de Andy Warhol, en estos momentos recibe tratamiento Andromeda (1962) del publicista, pintor y escultor ruso-americano Alexander Lieberman.
Las conservadoras de la Tate, Bronwyn Ormsby y Elina Kampasaki lideran el Tate Axa Art Modern Paints Proyect (Taampp). La investigación y limpieza de las obras seleccionadas ayudarán a los propietarios de colecciones de arte y conservadores a conservar la pintura acrílica, incluso antes de que aparezcan los signos de envejecimiento.
Como cualquier obra de arte, las pinturas acrílicas son vulnerables a los accidentes, actos de vandalismo, la acumulación de suciedad en la superficie, la nicotina, las condiciones ambientales, las huellas dactilares, así como a un embalaje y transporte inadecuado. A diferencia de los óleos, los efectos de la temperatura son más pronunciados en las pinturas acrílicas, además, los componentes que contienen pueden migrar a la superficie, formando una película grisácea.
En el caso de la obra de Warhol, presentaba la capa dañada y algunas fibras de algodón residuales en la superficie derivadas de un tratamiento de limpieza en seco anterior, que necesitaban ser extraídas para prevenir posibles incrustaciones en la película de pintura acrílica con el paso del tiempo. Finalizada la limpieza, los expertos comprobaron que no se habían producido cambios significativos en el color y brillo en el Retrato de Brooke Hayward, que desde enero de este año se expone en la Tate Modern.
Cuando finalice el proyecto, se editará una guía con consejos prácticos. Mientras tanto, los expertos recuerdan que las medidas preventivas son fundamentales para la conservación de las pinturas acrílicas.
Visión acrílica
Untitled 2/72, obra de 1972 de Jeremy Moon, ha sido la primera obra que ha recibido el tratamiento del Taampp. En la composición, el naranja central está enmarcado por cuatro bandas de color rosa, cada una de la misma anchura que la distancia desde el borde de la pintura.
El retrato de Brooke Hayward, de 1973, de Andy Warhol, se compone de cuatro secciones, consistentes en tinta serigrafiada y emulsión de pinturas acrílicas sobre imprimación blanca. El artista creó esta obra traspasando una imagen fotográfica de Brooke Hayward a una serigrafía.
Andromeda de 1962 de Liberman es la emulsión más temprana de pintura acrílica en la colección de la Tate. En la obra, adquirida en 1964, los círculos se extienden desde la parte superior hasta el borde inferior del lienzo, dando la impresión de quedar en suspenso.
Del uso doméstico a la creación artística
Las pinturas acrílicas están presentes desde los años 50, principalmente en el ámbito americano del expresionismo abstracto (Pollock, Rothko) y entre los pintores de los valores geométricos y del Pop Art (Warhol, Wesselmann). Suponen aproximadamente el 50% de las ventas de pintura en los últimos 30 años y representan la técnica más común dentro del arte moderno.Los nuevos pigmentos y aglutinantes y los numerosos aditivos se han incorporado para mejorar el rendimiento y la vida útil
de las modernas pinturas en su uso doméstico e industrial. Los artistas también han innovado con su uso. El proyecto Taampp es la investigación más ambiciosa que se está llevando a cabo internacionalmente.