La CNE rescata de 250.000 cajas la historia del petróleo en España
Ahora, tras un proceso de negociación, CLH y la Comisión Nacional de la Energía (CNE) van a firmar un convenio, por el cual, el órgano regulador se va a ocupar de la recuperación del archivo. El acuerdo lo rubricarán mañana la presidenta de la CNE, Maite Costa, y su homólogo de CLH, José Luis López de Silanes, en un acto en la sede del regulador al que asistirá José Luis Díaz Fernández, el último presidente de Campsa y uno de los mayores expertos del mundo del petróleo.
Bajo la coordinación del secretario del consejo de CLH, Luis Valero y del director de Petróleo de la CNE, Pedro Miras, se van a crear dos equipos de cinco personas que se dedicarán, uno a recuperar las estadísticas y, otro, a rescatar los documentos, entre los que hay legajos de todo tipo, entre ellos, un fondo gráfico. En una primera fase, se escanearían para hacerlos accesibles en formato electrónico.
De las 250.000 cajas almacenadas que componen el archivo, sólo unas 1.500 tienen valor histórico y serán en las que trabaje el equipo de la Comisión. Uno de los objetivos del regulador es, según fuentes de la misma, reconstruir con la información del viejo monopolio 'una serie estadística del petróleo en España desde 1927'. Algo que hoy no existe.
El regulador recuperará el archivo histórico del antiguo monopolio del petróleo para completar series estadísticas y para uso de investigadores
Dichas series podrían estar listas en un par de años y se publicarían para su consulta en la web de la CNE. El resto de documentos se pondrá a disposición de los investigadores. Según un portavoz de CLH, 'el objetivo de este convenio es preservar el archivo del sector petrolero en España, para que quien quiera pueda profundizar en él'.
Se trata de una información altamente valiosa, hasta ahora inaccesible, que servirá de ayuda para estudiar la Segunda República, el franquismo y los primeros años de la transición.
La antigua Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos se constituyó en 1927 con la nacionalización de los activos de una incipiente industria petrolífera. En un primer momento, se estableció sólo en la península y comprendía todas las actividades del negocio, que antes sólo podían ser gestionadas previa concesión del Gobierno. Durante los años de la Guerra Civil, la empresa se dividió en dos, una por cada bando.
En sus orígenes, la compañía fue una empresa mixta, con una participación minoritaria del Estado, hasta 1977, en que alcanzó el 50%. Tras pasar durante unos años a ser controlada por las refineras, se extinguió en 1992. La marca comercial pasó a manos de Repsol.