El arte desafía la crisis gracias a las fortunas de Rusia y Oriente Próximo
Los 140 millones pagados por obras de Hirst en Sotheby's afianzan el poderío del dinero de las dos regiones.
Alisher Usmanov, un magnate ruso de origen uzbeko que ha hecho su fortuna en el sector metalúrgico, asombró hace casi un año al mundo del arte al comprar la colección del violonchelista Mstislav Rostropóvich (350 objetos entre pinturas, muebles y porcelanas). Llegó, preguntó el precio, sacó la chequera y Sotheby's suspendió la subasta. La cantidad que pagó el millonario ruso no fue revelada, aunque el mercado especuló con la cifra de 18 millones de euros -Forbes le calcula una fortuna de 6.450 millones de dólares y le sitúa en el puesto 91 de su lista-.
Las nuevas fortunas rusas han dirigido sus pasos hacia el arte contemporáneo. Un poderío que ha quedado de nuevo a la vista en la subasta monográfica de Damien Hirst que Sotheby's ha celebrado en Londres la pasada semana, en la que ha recaudado 140,2 millones de euros para el artista.
Los compradores de la antigua Unión Soviética y de Oriente Próximo han sido los más activos en la subasta, lo que ha contribuido a que el mercado del arte viva de espaldas a la crisis financiera. La jornada en que los mercados se tambalearon con la bancarrota de Lehman y el acuerdo de compra de Merrill Lynch por parte de Bank of America, un inversor pagó 13 millones de euros, incluidas comisiones, por la escultura El becerro dorado.
El 10% de las ventas de la subasta de Hirst procedía de Oriente Próximo
Las ofertas llegaban de inversores de todo el mundo. Concretamente, Philip Hoffman, consejero delegado de Fine Art Fund, atribuyó el 10% de las ventas a compradores de Oriente Medio. 'Dos de mis clientes de la región me dijeron que cada uno había gastado entre 4 y 5 millones de dólares entre 2,7 y 3,5 millones de euros', aseguró.
Las obras de Hirst son muy del gusto del nuevo mercado, reconoce Mark Poltimore, vicepresidente de Sotheby's Europa y responsable de los clientes de Oriente Próximo, Rusia e India. 'Es cool, a la última, internacional y no va a ofender a nadie', añade Poltimore, valorando el arte de Hirst.
Alina Davey, una representante de Sotheby's en Londres, natural de Rusia, compró al menos cinco lotes en representación de clientes que pujaban por teléfono. Davey compró Fragmentos de paraíso por 6,6 millones de euros, cuando se estimaba en 1,9 millones.
El arte contemporáneo es un buen refugio para los millonarios procedentes de Rusia y Oriente Próximo, en su afán por encontrar objetos que puedan proporcionarles una alta rentabilidad en reventas futuras.
El georgiano del sector minero Ivanishvili Boris, el oligarca ruso Victor Vekselberg o el dueño del club de fútbol inglés Chelsea, Roman Abramovich, han protagonizado algunas de las compras de las obras de arte más caras de la historia. Abramovich, el décimo quinto hombre más rico del mundo, con un patrimonio de 23.500 millones de dólares, más de 16 millones de euros, según Forbes, y a quien no se le conocía interés por el arte, compró Benefits Supervisor Sleeping, de Lucien Freud, en Christie's por 21,7 millones de euros, cifra récord para un artista vivo, y Triptych, 1976, de Bacon, en Sotheby's por 55 millones de euros, el precio más alto pagado por una obra del artista británico.
Pero los magnates rusos también se sienten en la obligación de comprar obras de artistas de su país de origen. Así, la intención de Ushmanov al comprar la colección de arte de Rostropóvich, con cuadros de Boris Dmietrievich Grigoriev y de Nikolai Konstantinovich Roerich, entre otros artistas, fue llevarla a Rusia y regalársela al Estado. La compra de arte ruso explica también el alza de los precios en las subastas, un 45% en los últimos dos años. En el caso de Sotheby's, las ventas de arte contemporáneo de arte ruso aumentaron un 99% en 2007, sumando casi 95 millones de euros el último año. La nueva realidad del mercado del arte ha llevado a las principales casas de subastas a instalarse en ellos: Christie's en Dubai y Sotheby's en Moscú y Pekín. Un dato significativo es el aumento del negocio de ésta última en Asia el último año, un 41%. Con el dinero procedente de Rusia y Oriente Próximo, el arte no teme a la crisis.
Moscú vive el arte contemporáneo
El boom artístico ruso se ha traducido en la apertura de nuevas galerías de arte en las principales ciudades del país. La más reciente es El Garage Centro para la Cultura Contemporánea (GCCC) que Daria (Dasha) Zhukova, de 27 años, diseñadora de moda y ex modelo, más conocida por ser la novia del multimillonario Roman Abramovich, ha inaugurado le pasado martes en Moscú.La nueva galería, que abrió con una muestra de los artistas Ilia y Emilia Kabakov, pretende ser una respuesta a la Tate Modern de Londres y el MoMA de Nueva York.El influyente galerista Larry Gagosian inauguró el pasado miércoles un muestra en Moscú con trabajos de Jeff Koons y Jackson Pollock, entre otros artistas, en una antigua fábrica de chocolate del siglo XIX llamada Octubre Rojo. A la fiesta de inauguración no faltó la nueva mecenas del arte Dasha Zhukova.