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Michael S. McGavick

'Las turbulencias afectan más al ramo de vida que al de daños'

Este ejecutivo ha alternado sus aspiraciones a sentarse en el Senado de EE UU con la dirección de aseguradoras. Ahora encabeza uno de los mayores grupos de no vida de aquel país. Desde la experiencia que le da su paso por el mundo de la política y el de la empresa, analiza la crisis financiera en curso.

XL tiene vecinos ilustres en Madrid. El grupo comparte edificio con la filial española del malogrado Lehman Brothers, en la Plaza de la Lealtad. La conversación con el primer ejecutivo de esta aseguradora gira, inevitablemente, en torno a la crisis que golpea la industria financiera.

En el último año los bancos se han visto seriamente cuestionados y hace sólo unos días se produjo la intervención de AIG, la mayor aseguradora del mundo. ¿Se dará en el seguro un efecto dominó como ocurre en la banca?

Es muy improbable. La mayor parte de las compañías de seguros tienen una exposición limitada a instrumentos de derivados, que son el principal desafío para la industria bancaria. Las hipotecarias están en primera línea de este desafío, porque es en los créditos para viviendas donde se produce un mayor desajuste entre los valores otorgados inicialmente y el comportamiento final del mercado. En segunda línea de la crisis están los bancos comerciales y de inversión que poseen los instrumentos financieros creados para respaldar aquellas hipotecas. Las carteras de las compañías de seguros aguantan mejor por ser más tradicionales. ¿Podrían las turbulencias afectar a estos porfolios? Es imaginable, pero no probable.

¿Qué tipo de aseguradora es más proclive a caer en esta crisis?

En primer término se vieron afectadas las entidades que ofrecían coberturas financieras, como MBIA y Ambac. Cuando el mercado inmobiliario se desplomó, las garantías que ofrecían fueron cuestionadas. Los derivados perdieron tanto valor que pusieron a las firmas en aprietos. La segunda oleada afecta a las compañías que tienen su propia mesa de negociación. Ese es el caso de AIG.

Las próximas perjudicadas serán las entidades que tengan una proporción importante de sus inversiones ligadas a instrumentos tóxicos. En este sentido, es más probable que se vean afectadas las compañías de vida porque tienen estrategias de inversión más agresivas que les han podido llevar a tomar paquetes en vehículos de inversión exóticos. Las entidades especializadas en los ramos de daños tienen carteras más simples, que dependen más de la evolución de los tipos de interés que de las calificaciones crediticias.

Los bancos venden sus divisiones de seguros y las aseguradoras se desprenden de sus áreas de banca. ¿Por qué hay estos movimientos?

Durante mucho tiempo estuvo de moda la idea de crear proveedores financieros integrados. Creo que no se obtiene ninguna ventaja al tener todos los productos financieros bajo un mismo techo porque dichos productos son vistos de formas muy diferentes. Los consumidores disponen de mucha información y buscan lo mejor de cada casa. No tienen la expectativa de que el mejor en banca sea el mejor en seguros

¿Ayudan las aseguradoras a superar la crisis al comprar a bancos y cajas sus negocios de seguros?

Se está produciendo una reubicación del capital. El dinero fluye hacia donde hay una adecuada combinación de habilidad y oportunidad. Así pues, al desmontarse los grandes conglomerados financieros asistimos a un proceso natural. Que las compañías de seguros contribuyan a este proceso como fuentes de capital, ayuda. También es importante que el sector gestione sus propios recursos sabiamente para que los daños se limiten a aquellos que han contraído muchos riesgos en los mercados.

Por último, llegaremos a un punto en que los productos aseguradores tradicionales serán atractivos de nuevo, una vez se vea cómo acaban ciertos instrumentos de derivados.

La banca asiste a un rosario de fusiones entre lasmayores entidades del sector. ¿Pasará algo parecido en el gremio del seguro?

No creo que ocurra porque estamos más alejados del epicentro de la crisis. Primero cayó Countrywide, después Bear Stearns y, más tarde, Lehman Brothers. Ha sido una secuencia de acontecimientos impresionante, pero no tenemos un proceso parecido en nuestra industria. No veo motivos para que los mayores actores se fusionen. Habrá uniones, sí, pero con un patrón clásico.

Pólizas. Los altos directivos, en el ojo del huracán

XL Insurance anotó en 2007 unos ingresos de primas brutas de 5.400 millones de dólares. De esta cantidad, un 28% correspondió a las líneas profesionales, un 25% a responsabilidad civil general y otro 18,5% a pólizas de daños. El restante 28,5% del negocio lo aportaron las actividades especializadas, como las pólizas medioambientales o los seguros aeroespaciales.La crisis se lleva por delante muchas empresas y los afectados (accionistas, empleados, etc.) buscarán culpables entre los gestores. ¿Cómo afecta esto a los seguros de responsabilidad civil de ejecutivos (D&O, en inglés)?Hemos revisado nuestros datos en el negocio de D&O porque cubrimos varias compañías de servicios financieros. A menudo, la diferencia entre ser un genio o parecer bobo o malvado depende de acontecimientos externos que están completamente fuera del control de uno. En aquellos países donde la gente es proclive a litigar, habrá un incremento de las demandas que generará pérdidas. Pero discernir entre quién administró bien una firma de quién lo hizo mal, será muy complicado.Las turbulencias financieras derivan en una crisis de la economía a pie de calle. ¿Cómo influye esto en los seguros de daños?Es cierto que con una recesión económica la contratación de los seguros de daños se ralentiza. Sin embargo, al mismo tiempo, se producen mejoras en los niveles de siniestralidad porque la compañías cuidan y mejoran sus instalaciones existentes en lugar de construir otras nuevas. Es cierto que entre las pymes aumentan los incendios y otras catástrofes. Nosotros estamos especializados en atender a grandes compañías, cotizadas y que tienen presencia internacional. Ahí no se ve ese comportamiento.¿Trastocará el huracán Ike las cuentas de las firmas de no vida?Ike ha sido un gran huracán, pero por sí sólo no es tan relevante. Si es la única tormenta de la temporada, se puede gestionar. De todas formas, ha habido catástrofes en China, como el terremoto, que son importantes porque las fábricas ahí están aseguradas.

Crisis relámpago frente a crisis a cámara lenta

Ensayo y error. El ser humano procura aprender de sus equivocaciones, aunque no siempre lo consigue. Michael S. McGavick reflexiona sobre qué se habrá asimilado el día de mañana, cuando la borrasca financiera haya escampado.'Claramente la valoración a precios de mercado de los activos ha acelerado y profundizado los actuales desafíos financieros. La cuestión que surgirá cuando sobrevivamos a todo esto -porque lo haremos- es si nos sentiremos satisfechos por cómo se gestionó la crisis', comenta el consejero delegado de XL Capital. '¿Serán mejores las crisis como esta, bruscas, profundas y dolorosas, pero rápidas? Algunos argumentan que el malestar que experimentó Japón durante su crisis financiera a finales de los ochenta y primeros noventa fue el resultado del rechazo de los líderes nipones a admitir las pérdidas. Contabilizar las cosas a valor de mercado hace que no te engañes a ti mismo', añade.Con todo, esta práctica también tiene sus consecuencias negativas, admite McGavick. 'Sabemos que ahora mismo hay activos que son buenos, pero que no están valorados como merecen sólo porque existe un pánico en torno a cierto tipo de inversiones. La valoración a precios de mercados exacerba ese pánico'.En última instancia, indica el ejecutivo, esta crisis arrojará lecciones sobre si conviene, o no, extender la valoración de mercado que se aplica a los activos, a la contabilidad de las obligaciones contraídas por las aseguradoras. 'Espero que aprendamos algo de todo esto, porque es ilógico contabilizar en el punto bajo los activos que se conservan a largo plazo, salvo que el subyacente se evapore'. Y concluye, 'tenemos mucho que aprender... cuando hayamos tocado fondo'.

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