La volatilidad pone a prueba la orientación defensiva de los gestores

La orientación claramente defensiva que han sostenido los gestores de las entidades de inversión se ha visto sometida a serias pruebas en los últimos días, en los que la volatilidad de los mercados ha sido de una brutalidad desconocida. Como consecuencia de los últimos anuncios realizados por las autoridades estadounidenses, el cálculo que estarán realizando muchos gestores es el de si estamos ya con las bases suficientes de cara a una reacción firme de las Bolsas o si, por el contrario, hemos visto otra escaramuza más de las muchas que han jalonado el mundo bursátil y de los mercados en general durante los últimos meses.

La semana ha terminado con la renta variable al alza y los bonos en baja, resultado del brusco cambio de sentido que han tomado los activos, en detrimento momentáneo de los planes de pensiones de perfil más tradicionalmente conservador, ya que la renta fija se ha visto obligada a ceder parte de sus activos a las necesidades de los compradores de renta variable. Máxime en unas jornadas en las que las cifras de negociación han sido muy elevadas en las Bolsas, lo que significa que se habrán detraído bastantes recursos de los planes más conservadores.

La fuerte movilidad de los mercados llega no obstante en unos momentos muy prometedores para los planes de pensiones, dada su estacionalidad, que se traduce en las mayores entradas del año precisamente en la recta final del ejercicio. Este año, la captación de ahorro se verá sometida a varias pruebas simultáneas: la competencia siempre presente de los depósitos, la escasez de dinero para derivarlo hacia el ahorro y la dinámica de los mercados, tres factores que influirán con bastante probabilidad en la predisposición inversora de los partícipes durante las próximas semanas, cuando se inicie la ofensiva de captación de ahorro por parte de las entidades financieras. En los últimos trimestres se ha observado una tendencia decreciente del ahorro hacia los planes.