El sueño de vivir en una mansión
Muchas de las casas más lujosas del mundo mantienen colgado el cartel de 'se vende' a la espera de que alguien se decida a habitarlas.
Si el sueño de su vida siempre ha sido el de vivir en una enorme y lujosa mansión, dotada de todo tipo de detalles y caprichos, ha de saber que aún está a tiempo. Inmobiliarias de todo el mundo tienen en sus catálogos ejemplos de este tipo de viviendas que aún no han conseguido vender.
Quizás ésta sea la oportunidad que estaba esperando para adquirir una de estas casas de ensueño. El mercado prime -de lujo- se mantiene todavía alejado de la crisis, conservando su imagen de apuesta segura para los inversores, aunque bien es cierto que se han producido rebajas en los precios de venta de grandes mansiones.
Un informe de Bloomberg, por ejemplo, cita los nombres de varios propietarios estadounidenses que en los últimos tiempos se han visto obligados a rebajar el precio de sus casas en un intento de encontrar compradores y en un momento en que EE UU refleja descensos en las ventas en este sector. Kelly Porter, un inversor estadounidense, es el propietario de Stonebrook, una majestuosa vivienda de 26.000 metros cuadrados situada en California, cuyo precio ha tenido que rebajar cinco millones de euros a los cuatro meses de ponerla en venta.
Algo parecido ha ocurrido con la exclusiva Los Altos Hills, en Silicon Valley, propiedad de Jerry Yang, cofundador de Yahoo, que se vende por 26 millones de euros, una ganga para el mercado superprime. O con una vivienda de lujo en San Francisco, cuyo precio ha bajado un 17% en un año; y una propiedad cerca de Napa Valley, que en febrero se vendió por un 8% menos de su precio inicial.
Los precios de las mansiones de lujo en el segundo cuatrimestre de este año cayeron un 3,8 % en Los Ángeles y un 7,8% en San Diego respecto al año anterior. Así, los vendedores de este tipo de casas se han visto obligados a suavizar sus precios hasta un 20% en comparación con el año anterior. Lo mismo ocurre con los apartamentos de lujo en Manhattan, que cayeron un 25% respecto a 2007. Es, dicen los inversores, el momento de decidirse a comprar.
El multimillonario Donald Trump es otro claro ejemplo de lo que se están viendo obligados a hacer quienes quieren quitar de sus casa el cartel de Se vende. Trump pagó por una mansión de Palm Beach 29 millones de euros en 2004, y efectuó importantes mejoras en el inmueble para, más adelante, ponerlo a la venta en 88 millones. El pasado mes de julio se vendió por 67 millones de euros. En Connecticut el precio medio de venta cayó un 2% en junio. Charles Prince, ex director ejecutivo de Citigroup, se vio obligado por ello a vender su casa un 15% más barata de lo que en un momento estimó.
Sin embargo, en Europa el mercado no parece haber acusado la crisis inmobiliaria. Londres continua a la cabeza de los mercados mundiales y se mantiene como la ciudad más cara del mundo. El parón que vive el sector de la construcción afecta de lleno a la mayoría de las inmobiliarias a la hora de vender sus casas, pero en el caso de las mansiones la situación cambia. Según fuentes del mercado superprime, la cantidad de clientes es la misma, y al tratarse de personas adineradas, se observa menos preocupación respecto al futuro y a cuánto dinero invertir en la residencia de lujo.
Tampoco los problemas de restricción de las condiciones crediticias han tenido demasiada repercusión en el sector, que sigue obteniendo resultados que superan a los del mercado inmobiliario en general. La demanda de mansiones cercanas a los 25 millones de euros resulta incluso difícil de atender para los agentes inmobiliarios. Existe una generación de dinero nuevo que ha crecido a la sombra del petróleo y de los precios de las materias primas y que está dispuesta a invertir su dinero en una casa de ensueño, explican los expertos en ladrillo de lujo.
La revista Forbes publicó en febrero de 2007 una lista con las mansiones más caras del mundo, que elaboró con información de agentes inmobiliarios de todas las regiones del mundo. Muchas veces los propios agentes evitan publicitar el precio de las viviendas por motivos tributarios, para proteger la privacidad de vendedores o de compradores. Otras, son los propios compradores los que presumen de casa o de la cantidad de dinero que les costó adquirirla.
La lista de Forbes está encabezada por una mansión de 103 habitaciones llamada Updown Court, situada en un terreno de 23 hectáreas en la campiña inglesa, y valorada en 104,8 millones de euros. Esta propiedad es más grande que el Palacio de Buckingham, y se encuentra situada en el condado de Surrey.
En segundo lugar aparece el rancho Hala, sito en Aspen (Colorado, EE UU). La propiedad está valorada en 102,5 millones de euros y pertenece al príncipe saudí Bandar bin Sultan bin Abdul Aziz, ex embajador de su país en USA. Es una fastuosa mansión de 5.200 metros cuadrados construidos sobre 38 hectáreas, y dotada de todo lujo de detalles. Es, además, una de las casas más caras de Estados Unidos, al menos hasta que se termine la 'cabaña' de esquí del millonario Tim Blixseth en Montana, estimada en unos 117,7 millones de euros.
La Maison de L'Amitie de Palm Beach (Florida) aparece en tercera posición. Actualmente, pertenece a Donald Trump, aunque fue construida por Abe Gosman. Valorada en 94,9 millones de euros, Trump la adquirió en 2004 en una subasta de bienes en bancarrota por un total de 31,3 millones de euros.
En las orillas del Lago Tahoe en Nevada se asoma Tranquility, una mansión de Joel Horowitz, socio fundador de Tommy Hillfiger. Horowitz cifra su propiedad de 85 hectáreas, con su imponente vivienda incluida, en 75,9 millones de euros.
Por detrás de las cuatro mencionadas, aparece una mansión cuyo fuerte no es el terreno, pues está construida en un tercio de hectárea, pero sin embargo se encuentra situada en la ribera del Bósforo de Estambul, en Turquía. En Hapmstead, el magnate turco Halis Toprak, construyó una vivienda que puso a la venta por 75,1 millones de euros en Londres. En Nueva York, concretamente en la exclusiva zona de Bridgehampton, se encuentra una mansión con cancha de tenis y golf que cuesta 56,9 millones de euros, el mismo precio que otra propiedad en las orillas del Pacífico, en Corona del Mar, California.
La lista Forbes la cierran un ático en el hotel Pierre del Central Park de Nueva York con vistas de 360 grados de la ciudad, valorado en 53,1 millones de euros, y una complejo de mansión más tres casas de huéspedes en la Costa Azul francesa, llamado Cap Ferrat, que puede ser suya por 49,3 millones de euros.
Todas estas propiedades son casas de ensueño que en algún momento se han visto obligadas a poner el cartel de Se vende en la puerta. Oportunidades de oro para bolsillos solventes.
Lujo también en el alquiler españa también
En el sector superprime también se lleva el alquiler. Existe una lista de las mansiones más caras donde se paga hasta 40.000 euros por noche en zonas paradisiacas. El primer puesto es de Nygard Cay, una isla en las Bahamas, que alcanza el precio citado arriba. Le sigue un chalet en Palm Beach, Florida, que llega a los 8.500 dólares la noche.En el mar Caribe se sitúa Le Chateau des Palmiers, exclusiva y elegante, accesible por una cantidad de entre 29.600 y 47.900 euros la semana. Algo menos cuesta la semana -entre 26.600 y 29.600- en un chalet colgado de un acantilado en la costa mexicana del Pacífico. El quinto puesto es para Mango Bay, con jardines y vistas envidiables, en la que alojarse una semana por entre 21.100 y 28.200 euros.Marbella es la primera española, donde por 22.700 euros puede disfrutar de una semana inmerso en lujo y confort a las afueras de la ciudad.
España también
No es necesario irse muy lejos para encontrar un paraíso construido como algunos de los citados. En España, la vivienda de lujo más cara se llama Sa Fortalesa, y es un apéndice de tierra de unos 90.000 metros cuadrados en la Bahía de Pollença, en Mallorca. La venta corre a cargo de la inmobiliaria Kühn & Partner, que ofrece la propiedad más cara de España por el precio de 125 millones de euros, cifra acorde con la de sus competidoras extranjeras. La península cuenta con un castillo que data del siglo XVII, además de seis edificaciones más en unos 2.000 metros cuadrados construidos, con dos piscinas y helipuerto incluidos. Dispone de 17 dormitorios y de amplios servicios para garantizar la privacidad y la seguridad de sus inquilinos y huéspedes, ya que sólo se accede por una calle que forma parte de la propiedad. Esta fortaleza fue construida en 1622 para proteger la Bahía de Pollença, y en 1919 la adquirió el pintor argentino Roberto Ramauge por el ahora irrisorio precio de 45.000 pesetas.Durante la Guerra Civil fue confiscada para utilizarla como zona militar, hasta que en 1989 los herederos del pintor la vendieron al actual dueño, que es quien en mayo de 2008 decidió finalmente ponerla a la venta.