Valencia seduce al circo de la F-1 en su primer gran premio
Pilotos y escuderías alaban el nuevo trazado urbano, que ayer acogió a 115.000 espectadores.
Una vuelta rodó Fernando Alonso sobre la nueva pista del circuito urbano de Valencia. Partía en una poco prometedora duodécima posición de la parrilla de salida. Aún marchaban todos en fila india cuando el piloto japonés de Williams, Kazuki Nakajima, embistió por detrás a Alonso, destrozándole el alerón trasero y dañando la suspensión y la caja de cambios. Fin de la carrera del asturiano y decepción general de los 115.123 espectadores que, según las cifras oficiales de la organización, prácticamente llenaron las gradas del primer Gran Premio de Europa celebrado en el nuevo trazado valenciano. 'Es mejor que la mala suerte llegue ahora y que el año que viene pueda luchar por el triunfo', se resignó Alonso, que este año no ha acabado ninguna de las dos carreras celebradas en España.
La carrera en sí no tuvo mucha historia. Los tres pilotos que habían copado las primeras plazas de la parrilla de salida pasaron por debajo de la bandera a cuadros sin haber variado las posiciones en todo el tiempo. Felipe Massa, con su Ferrari, se alzó con la victoria, seguido del McLaren de Lewis Hamilton, que continúa liderando el mundial, y del BMW Sauber de Robert Kubica. Sólo hubo incertidumbre por una acción de Massa a la salida del segundo repostaje, cuando casi se lleva por delante al Force India de Adrian Sutil. Los comisarios podrían haberle aplicado alguna sanción en carrera, lo que hubiera beneficiado a Hamilton. Al final todo quedó en 10.000 euros de multa y una reprimenda.
El otro Ferrari, el de Kimi Raikkonen, tuvo problemas más graves. En su persecución a Kovalainen, se jugaba ganar una plaza en los boxes, donde prácticamente coincidieron en la segunda parada. El finlandés arrolló a uno de sus mecánicos, que tuvo que ser retirado en camilla. Todas esas prisas no evitaron que Raikkonen rompiese su motor en la vuelta siguiente.
Massa logra la victoria de la primera carrera celebrada en Valencia, mientras que Alonso se retira en la primera vuelta tras ser embestido por otro piloto
Al margen de lo estrictamente deportivo, el Gran Premio de Europa ha sido el estreno de Valencia en la Fórmula 1. Lo ha pasado con buena calificación, pese a las premuras con que se ha realizado el montaje, que supone revolucionar toda la zona marítima de la ciudad. Se han invertido alrededor de 100 millones de euros en las infraestructuras necesarias para acoger esta carrera, que se repetirá cada año al menos hasta 2014. El patrón de la F-1, Bernie Ecclestone, ha visto cómo su idea de hacer los grandes premios fuera de los circuitos tradicionales -normalmente alejados de núcleos urbanos- cada vez toma más forma, y la apertura de Valencia al mar para la Copa del América era el escenario ideal para tener un nuevo Mónaco, con sus yates y la gente guapa.
El Gran Premio de Europa también ha dejado una imagen interesante desde el punto de vista empresarial. Desde que Telefónica dejó el patrocinio de Renault, el logotipo de la operadora de telecomunicaciones española sólo ha aparecido por el gran circo del automovilismo en el circuito de Montmeló. Telefónica ha repetido ahora patrocinio, aunque sigue alejada de las escuderías de un deporte caro y complejo. Veremos si no ha sido un hecho excepcional.