Hoy tengo que volar
Los accidentes aéreos multiplican por diez el miedo a volar entre los pasajeros con fobia y provocan la cancelación de numerosos vuelos.
Ayer no se repartieron periódicos en los aviones que despegaron de Barajas. Leer los detalles de la tragedia a 15.000 pies de altura puede desencadenar más de un ataque de pánico. Y los médicos desaconsejan cualquier reacción desproporcionada en el aire. Como la de aquella pasajera que en un vuelo con destino a Teherán se puso a chillar histérica 'Off, off, off' a un pasaje petrificado porque había oído la melodía de un móvil mientras despegaban.
El miedo a volar es una de las fobias más estudiadas del mundo. Sus síntomas son bien conocidos y aparecen mucho antes de subir al avión. 'Primero son los pensamientos negativos, después las náuseas. Unos días antes llamo a toda mi familia y paso las noches llorando', cuenta Raquel P., una joven profesional madrileña. Su reacción no es insólita. La sufren muchos enfermos de aerofobia. 'Entre un 10% y un 15% de la población', anuncia Jordi Llabrés, doctor en Psicología de la Universidad de las Islas Baleares. Un 25% de los pasajeros habituales de las compañías aéreas no sufren ataques de pánico, pero reconocen que volar 'no les produce ningún placer'.
Tras un accidente de la envergadura del que se produjo el miércoles en Madrid el miedo puede agudizarse. 'Las personas que padecen esta fobia suelen intensificar su terror; incluso cabe la posibilidad de recaídas en quienes estuvieran superándola o la hubiesen vencido recientemente', explica el psicólogo Xavier Bornas. 'Accidentes como éste multiplican por 10 el miedo a volar de aquellos que tienen fobia', señala el psiquiatra José Cabrera 'Pero entre la población que no padece este trastorno no hay ninguna evidencia de que contribuyan a aumentar significativamente el problema', apunta Bornas. 'Con todo, no es descartable la aparición de casos concretos en personas especialmente sensibles o predispuestas, o que hayan vivido el accidente muy de cerca, por ejemplo familiares de las víctimas', concluye este psicólogo.
'Los familiares de los fallecidos pueden desarrollar una fobia que no padecían'
La inquietud se adueñó anteayer de los viajeros que acudían a Barajas para tomar un avión. Muchos dudaban si coger o no este medio de transporte, porque 'hoy no es un buen día para volar', comentaban. Esa misma tarde se produjeron las primeras cancelaciones de billetes, y no sólo de Spanair, la compañía a la que pertenecía el aparato siniestrado. 'Alrededor de un 10% de las personas que tienen que volar deciden cancelar sus viajes a raíz de una tragedia como la vivida en Barajas', asegura Fernando Chacón, presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid. 'Pero ese miedo irracional poco a poco se va disipando y pasados tres o cuatro días la gente vuelve a su rutina diaria'.
Los psicólogos son unánimes con las recomendaciones. Aconsejan no cancelar un viaje para no enquistar la sensación de pánico que acompaña a este tipo de tragedias. 'La única manera de enfrentarse al miedo es exponiéndose a él', recuerda Jordi Llabrés.
Los directivos de la Asociación Española de Psicología de la Aviación se muestran 'especialmente preocupados' por el efecto que la catástrofe puede tener entre los profesionales, sobre todo entre los pilotos y azafatas de Spanair. 'En caso de que el dolor sea demasiado grande conviene pedir ayuda psicológica', advirtió ayer María Luz Novis, su presidenta. Para esta experta, la vuelta 'cuanto antes' a la rutina de volar en avión resulta 'fundamental' para afrontar el 'impacto emocional' que ha supuesto que varios compañeros de profesión hayan perdido la vida mientras el aparato trataba de despegar.
Otra cosa diferente es sufrimiento de los supervivientes. 'La fobia es irracional, pero si algún pasajero desarrolla miedo a volar no cabe considerarlo irracional ni desproporcionado, ya que sin duda la experiencia vivida ha sido muy trágica. En estos casos, el posible miedo a volar se deja en un segundo plano y se trata de aliviar el dolor del accidente', señala Xavier Bornas. 'Lo lógico es que una catástrofe como ésta te pase factura', justifica Fernando Chacón.
¿Tiene cura mi aerofobia?
'El miedo a volar se cura', dice Javier del Campo, ex comandante de Iberia e instructor de los cursos que organiza la consultora CISS en colaboración con esta compañía aérea. Más cauto se muestra Fernando Chacón, presidente del Colegio de Psicólogos de Madrid. 'Se cura si se trata de una fobia simple, distinto es tener también agorafobia, o miedo a los accidentes, o a estar solo'.Varias compañías imparten cursos similares al del CISS. (tfno.: 91 556 64 11/ www.cisspraxis.es). Las clases teóricas explican las razones psicológicas de las fobias y desvelan los principales misterios de la aeronáutica. La clase práctica se desarrolla en pleno vuelo. 'Nosotros ofrecemos los conocimientos teóricos necesarios para enfrentarse a la fobia, pero son los pacientes los que tienen que ejercitarse para vencer la ansiedad. Hay que volar', afirma Del Campo.Según el psicólogo Llordi Llabrés, la exposición es la única técnica eficaz para el tratamiento de las fobias y tiene un porcentaje de éxito que ronda entre el 80% y el 85%. Llabrés es junto a los doctores Xavier Bornas y Miquel Tortella un reconocido experto en el tratamiento de esta fobia. Estos psicólogos, profesores de la Universidad de Baleares, viven en un archipiélago donde una de cada cuatro personas tienen problemas para volar y comercializarán próximamente su programa (con exposición asistida por ordenador) para superar el miedo al avión (más información: www.ndpc.cat).
Consejos para viajar sin miedo
SeguridadEl avión es el medio de transporte más fiable. Sus recursos de seguridad y salvamento son numerosos. Los accidentes aéreos no son siempre catastróficos: se puede provocar un aterrizaje forzoso sin mayores consecuencias para el pasaje. En 2007 se produjo 1 accidente por cada 1,5 millones de vuelos, según IATA.TurbulenciasLas turbulencias se miden desde el grado 1 al 6. El avión se prueba en fábrica para que aguante hasta la turbulencia 6, sin embargo el comandante nunca se meterá en una turbulencia superior a 2. Una turbulencia de este nivel puede hacer que salgan despedidas las bandejas de la comida o un pasajero sin cinturón de seguridad. Pero eso no supone un peligro para la aeronave. No hay que confundir incomodidad con peligro.DescensoUno de los temores más frecuentes entre los viajeros es la posibilidad de que el avión caiga a plomo. Sin embargo, los principios de la física no sólo posibilitan que una aeronave vuele, también impiden que se caiga. Incluso con los motores apagados, el avión siempre baja planeando.RelajaciónViajar cómodo también ayuda. Coma poco en el avión y tome sólo una copa de alcohol (el exceso prolonga el jet-lag). Beba un vaso de agua por cada hora de vuelo. Mueva las piernas y camine por el pasillo. No use maquillaje y quítese las lentes de contacto. Escuche música tranquila. Y no olvide que la fila de emergencia es la más cómoda.