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Indicadores económicos

La economía británica se estancó en el segundo trimestre

La economía británica se mantuvo sin variaciones durante el segundo trimestre del año, su ritmo más lento desde la recesión de comienzo de la década de 1990, según las cifras oficiales dadas a conocer hoy por la Oficina Nacional de Estadísticas, que ponen de relieve que el PIB de Reino Unido no varió con respecto al trimestre anterior. Los analistas habían previsto un crecimiento del 0,1%. En términos interanuales creció un 1,4%.

El dato del segundo trimestre, revisado a la baja desde la estimación inicial, que preveía un crecimiento del 0,2%, es el peor en 16 años, al acabar con 63 trimestre de continuo crecimiento, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística británica (ONS, en inglés) publicados hoy. De este modo, la economía británica continúa su contracción, ya que creció un 0,9 en el segundo trimestre de 2007; un 0,6%, en el tercero y el cuarto, y un 0,3% en los primeros tres meses de 2008.

Por actividades, tanto la producción industrial como la manufacturera cayeron un 0,8% entre el primer y el segundo trimestre, mientras que la construcción lo hizo en un 1,1%. Por contra, la producción total del sector servicios se incrementó un 0,2%.

El estancamiento intertrimestral aumenta los temores a que el Reino Unido entre finalmente en recesión (dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo). En su último informe trimestral sobre inflación, el Banco de Inglaterra predijo a principios de agosto que la tasa interanual de crecimiento del PIB se situará a finales de este año y comienzos del próximo en torno a cero, como consecuencia de un deterioro del mercado laboral, un endurecimiento de las condiciones crediticias y una caída mayor de lo previsto en el mercado inmobiliario.

Asimismo, el banco central no descartó por completo que la economía británica pueda decrecer y entrar en recesión. A la hora de establecer su política monetaria, el Banco de Inglaterra se está viendo obligado en los últimos meses a decidirse entre dos problemas cuya solución requiere acciones contrapuestas.

La ralentización de la economía británica invitaría al banco central a rebajar los tipos de interés -actualmente en el 5%-, pero el crecimiento de los precios -el IPC alcanzó en julio el 4,4% en tasa interanual - ha centrando la preocupación del Banco de Inglaterra.

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