El cambio de discurso del BCE da un respiro al euríbor
El euríbor ha azotado sin tregua las economías familiares en el último año y su avance ha encarecido mes a mes la cuota mensual de la hipoteca. Sin embargo, después de haber subido un punto porcentual desde mayo de 2007, algo puede estar empezando a cambiar en este índice de referencia hipotecario. El Banco Central Europeo decidió este jueves mantener sin cambios los tipos de interés de la zona euro en el 4,25% y ofreció además un mensaje tranquilizador para quienes temían por nuevos aumentos en el precio del dinero.
Por primera vez en mucho tiempo, el discurso de Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, podía calificarse de neutral, es decir, hacía hincapié en la importancia de mantener bajo control la evolución de los precios pero reconocía también el escenario de declive económico en la zona euro, para cuya recuperación resultaría por tanto contraproducente un alza en los tipos de interés. El mercado ya daba por supuesto que, después del alza del mes de julio del 4% al 4,25%, Trichet mantendría inalterados los tipos en esta ocasión. El euríbor a doce meses -referencia para la revisión de las hipotecas a interés variable- también se ha anticipado en las dos últimas semanas a la postura del BCE, de modo que ocho de las diez últimas jornadas las ha finalizado con ligeros descensos. Y más allá del mínimo retroceso de los últimos días, lo realmente esperanzador para aquellos que soportan una hipoteca es que el mantenimiento de los tipos de interés en la zona euro puede traducirse en cierta estabilidad en el euríbor para los próximos meses.
'En los últimos días, se ha puesto especialmente de manifiesto una evolución que venimos anticipando hace tiempo: la generalización de las expectativas de menor crecimiento económico. Los indicadores económicos muestran que la parálisis se ha extendido a Europa y Japón, donde el riesgo de recesión es ya evidente. Lo más probable es que, al menos en el caso del Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo, el próximo movimiento de tipos, aunque haya que esperar al año que viene, sea a la baja', señala Urquijo Bolsa. Y sin nuevas alzas de tipos a la vista, el horizonte se suaviza también para el euríbor.
En opinión de Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales, el euríbor podría cerrar el año en el entorno del 5%, desde el 5,3% actual. 'El crecimiento económico de la Unión Europea puede ser negativo en los próximos trimestres. Y Alemania, que había mostrado más resistencia a la crisis, puede anunciar una caída del PIB del 0,5% en el segundo trimestre'. El dato de la evolución de la economía alemana se conocerá este jueves, y el consenso de los analistas apunta a una contracción del 0,8% respecto al primer trimestre del año, en que el PIB creció el 1,5%.
El contagio de la crisis a la economía alemana será por tanto un argumento de peso para paralizar nuevas alzas de tipos, a lo que también ayuda el reciente descenso en el precio del petróleo, que sin duda ha restado presión inflacionista. 'Nuestras expectativas no son de repunte en el precio del crudo, a la vista de los signos de moderación en el consumo de las economías emergentes. No veremos un regreso a los niveles de 140 dólares el barril', añaden en AFI, donde recuerdan sin embargo el otro elemento que, junto a las expectativas de tipos de interés, resulta determinante en la marcha del euríbor: las tensiones en el mercado interbancario.
Prima de riesgo
La sequía en el mercado de capitales que comenzó hace un año fue el principal motor para el encarecimiento del euríbor y aunque ahora desaparezca el temor a nuevas alzas de tipos, la desconfianza de la banca a prestarse dinero entre sí persiste. En AFI calculan que la cotización actual del euríbor a doce meses -en el 5,313% el viernes- incluye una prima de riesgo de 90 puntos básicos, 'que no ofrece síntomas de moderarse y que incluso podría repuntar'.
No hay que olvidar que la crisis económica está haciendo mella en las entidades financieras, primero contaminadas por los activos hipotecarios de mala calidad, que obligó a duros saneamientos en las carteras de créditos, y ahora por el repunte de la morosidad propio del cambio de ciclo económico. El endurecimiento de la situación económica exige por lo tanto mayores dotaciones para insolvencias, que erosionan la cuenta de resultados, y debilitan además los ratios de solvencia de las entidades financieras. La banca ha de acudir así a los mercados de capitales en busca de recursos propios en un momento en que la desconfianza sigue predominando.
Una factura de 70 euros más al mes
Alrededor de cuatro millones de hipotecas estarían afectadas de forma directa por el repunte del euríbor, según apuntan desde la Asociación de usuarios de bancos, Cajas y Seguros (Adicae). Es la consecuencia de haber contratado la hipoteca cuando los tipos de interés estaban en el mínimo histórico del 2%, entre los años 2003 y 2005. La revisión de una hipoteca de 140.000 euros, a un plazo de 25 años, supone un encarecimiento en la cuota de 70 euros al mes, según el dato provisional del euríbor en julio y frente a la referencia del mismo mes del año anterior.Adicae insiste en que tras el estallido de la crisis hipotecaria en Estados Unidos, ahora hace un año, se ha producido un endurecimiento en las condiciones que establecen las entidades financieras para conceder sus préstamos. 'El endurecimiento de las condiciones del crédito es una realidad', afirmó.La asociación añade que las entidades se han visto expuestas a la morosidad por el aumento del euríbor, por lo que 'establecen criterios más conservadores' a la hora de firmar nuevos préstamos.
La morosidad se dispara
La morosidad en el pago de préstamos hipotecarios creció el 130% entre enero y junio, según datos estimados al cierre del mes de julio de la Asociación Nacional de Establecimientos Financieros de Crédito (Asnef-Equifax). Este aumento de los impagos supera al crecimiento de la morosidad registrada en el mismo periodo en los préstamos personales, del 41,8%, y en las operaciones con tarjetas de crédito, con un incremento de la mora del 40,5%.En conjunto, los hogares españoles acapararon el 91,3% de las más de 4,4 millones operaciones morosas registradas hasta el pasado mes, mientras que sólo 383.342 operaciones, el 8,6% del total, pertenecieron a empresas, con una deuda acumulada de casi 1.500 millones de euros. El montante total de las deudas impagadas con bancos, grandes compañías o financieras, sumando la de particulares y empresas también se situó hasta julio en más de 17.246 millones de euros, lo que supone un incremento del 74% interanual y del 56,5% en el año. Es la cifra más alta desde al menos 2002, cuando no alcanzaba los 6.500 millones de euros.