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La 'burbuja' automovilística del Gran Premio de F1 de Valencia

Cuando hace unos meses Valencia se preparaba para acoger su primer Gran Premio de Fórmula 1 las expectativas se dispararon. Los vecinos colindantes a este circuito urbano se frotaban las yemas de los dedos. Imaginaban el dinero que sacarían alquilando sus balcones. Los touroperadores compraron grandes paquetes de entradas para ofertar. A los 10 días de su puesta en venta, la organización colgaba el cartel de no hay entradas.

La 'burbuja' automovilística del Gran Premio de F1 de Valencia
La 'burbuja' automovilística del Gran Premio de F1 de ValenciaSANTIAGO CARREGUI / EL PAÍS

Pero la burbuja ha durado poco. A falta de dos semanas para el inicio del Gran Premio, los organizadores desmienten que agotaran las entradas: 'Cuando vimos que habíamos vendido todos los abonos readquirimos entre 12.000 y 15.000 a un operador extranjero, que tenía el 40% del aforo'. Ahora no saben si conseguirán llenar los 110.000 plazas del circuito. Los principales touroperadores tienen aún paquetes para vender y se ven obligados a lanzar descuentos para sacárselos de encima.

Es el caso de Ociotour, que desde hace una semana vende una serie limitada de estas butacas a la mitad de lo que costaban hace una semana. 'Es agosto, la crisis afecta y Fernando Alonso no está haciendo el papel de otros años. Es difícil vender así', dice Joaquín Martínez, uno de los responsables comerciales de la firma. De las 2.200 entradas que adquirieron, les faltan por vender unas 800. 'Ahora, con el descuento y el reciente cuarto puesto de Alonso, parece que se anima la venta'. Esperan vender todavía 400 entradas.

No es el único ejemplo. Bancaja, Marsans o El Corte Inglés todavía tienen billetes en su poder y también lanzan descuentos. Marsans está rebajando en 60 euros una tribuna que hace una semana costaba 307 euros.

'Es agosto, la crisis afecta y Fernando Alonso no está haciendo buenas carreras', justifica una operadora que aún tiene entradas por vender

Desde el sector turístico se tienen algunas dudas, que se transforman en quejas cuando se descubre la dificultad de hacer lleno: si Valencia tiene una capacidad hotelera de 22.000 plazas, ¿cómo se diseña un Gran Premio con 110.000 asientos? Algún colectivo llegó a intentar que el circuito recomprara las entradas que le sobraban, pero éste se negó.

El circuito está gestionado por la empresa Valmor Sport, propiedad de Bancaja, el presidente del Villarreal Fernando Roig y Jorge Martínez 'Aspar'. Afirman que su intención cuando recolocaron las más de 12.000 entradas respondía a 'evitar la reventa de las localidades. Es injusto que alguien pague 2.000 euros por una entrada que cuesta 300'. El Ayuntamiento prohibió a su vez realquilar los balcones.

Valencia perpetúa con estos problemas de llenar su aforo el deshinche del GP de Montmeló, en Cataluña, donde los espectadores que acudieron el pasado mayo a ver cómo Fernando Alonso rompía el motor en pista fueron 7.000 menos que el año anterior. Se pensó que el descenso de público se debía a la aparición de un nuevo premio español, el de Valencia.

Y en Valencia se quiso practicar un examen sobre la capacidad de atracción de su circuito. El pasado 27 de julio, la ciudad mediterránea recibió el GP de la Fórmula 3.000, virreina del automovilismo. Las entradas estaban a 20 euros pero la carrera sólo atrajo a escasos 30.000 aficionados.

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