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A fondo

El PSOE busca alternativas a CiU en los Presupuestos

El precio tan alto que los 10 diputados de Convergència i Unió van a pedir por apoyar los Presupuestos ha llevado al PSOE a preparar una especie de plan B que garantice la aprobación de las cuentas del Estado para 2009 en el Parlamento sin descuadrar los principales capítulos del gasto. José Luis Rodríguez Zapatero y su portavoz parlamentario, José Antonio Alonso, han sondeado por separado la predisposición de los grupos minoritarios que podrían servir de alternativa a CiU llegado el momento cumbre de las votaciones. El calendario presupuestario no es oficial, pero se atendrá a las normas de años anteriores. Los momentos más delicados para el Gobierno se darán en el debate de totalidad previsto para finales de octubre, que es donde se retratarán la mayoría de los grupos parlamentarios, y en el debate plenario de mediados de noviembre, fecha en la que, si el Gobierno consigue los suficientes apoyos, el proyecto de ley pasará a tramitarse en el Senado.

En el equipo económico del PSOE se da por descontado que el PP hará un gesto cara a la galería en el momento de máxima tensión entre el Gobierno y CiU para ofrecer a Zapatero un acuerdo presupuestario que evite el entreguismo a Cataluña. Los puntos de partida del PSOE y del PP son tan distantes en el diagnóstico de la crisis económica y en las soluciones que ofrecen, que este pacto se antoja casi imposible.

BNG, CC y PNV

El vicepresidente, Pedro Solbes, necesita sólo siete votos que añadir a los 169 del Grupo Socialista para que prosperen los Presupuestos. Su mirada se va a centrar, sobre todo, en los dos diputados de Coalición Canaria, en los dos del Bloque Nacionalista Gallego y en los seis del Partido Nacionalista Vasco. Coalición Canaria, que gobierna las islas en coalición con el PP, ha pedido a Zapatero como contrapartida que multiplique las inversiones en infraestructuras y, sobre todo, aumente las ayudas al transporte para favorecer el flujo de mercancías entre las islas y la Península. La diputada Ana Oramas también le ha hecho ver al presidente del Gobierno y a Alonso que la llave de su apoyo dependerá del esfuerzo que haga el Gobierno central el año que viene en la financiación de las inversiones previstas para puertos y aeropuertos, obras hidráulicas, planes de empleo y subvenciones para rehabilitar centros hoteleros.

La negociación con los nacionalistas gallegos se presume más sencilla porque el BNG gobierna en coalición con el PSG-PSOE en Galicia bajo la presidencia de Emilio Pérez Touriño. Además, hay un interés lógico del Gobierno en que Galicia salga bien parada en los próximos Presupuestos ya que las elecciones autonómicas están previstas para marzo y en ellas el PP aspira a recuperar la Xunta con mayoría absoluta y el favor del voto emigrante. Más complicado se presenta para el Gobierno el diálogo con el PNV. La magnífica relación que el PSOE tiene son su portavoz parlamentario, Josu Erkoreka, y con su responsable de Economía, Pedro Azpiazu, no alcanza a compensar los efectos perversos de la deriva soberanista nuevamente emprendida por el lendakari Juan José Ibarretxe que es, hoy por hoy, quien lleva la voz cantante. En Economía no se descarta nada, pero se ve mucho menos factible un acuerdo de naturaleza presupuestaria con Esquerra Republicana (tres diputados), con IU (dos) o con las diputadas Uxue Barkos, de Nafarroa, o Rosa Díez, de UPyD.

Evitar la prórroga

Este plan B del Gobierno para evitar la prórroga de los Presupuestos de este año se activaría en el caso de que se consolidara la complicidad alcanzada por CiU con el Partido Socialista de Cataluña (PSC) para introducir en el mismo saco la negociación presupuestaria y la de la financiación autonómica. El PSC quiere hacer valer la fuerza de sus 25 diputados para garantizarse un modelo de financiación ventajoso para Cataluña, consciente de que en esta batalla José Montilla se juega revalidar la presidencia de la Generalitat en las elecciones de 2010.

Los socialistas catalanes ya han lanzado varios avisos a Zapatero de hasta dónde están dispuestos a llegar si, al final, la propuesta inicial de Pedro Solbes para reformar la financiación no deriva hacia un modelo en el que Cataluña aporte menos de lo que hace ahora a los fondos previstos para garantizar la solidaridad entre territorios. El líder de CiU, Artur Mas, se ha sumado al esfuerzo que está haciendo José Montilla para que el Gobierno ligue el destino de los Presupuestos de 2009 al de la futura financiación, una estrategia que rompería el esquema de Solbes de despejar primero la negociación presupuestaria para centrarse más tarde en la reforma de la financiación.

Municipios

Las conversaciones ya iniciadas con los ayuntamientos para dar salida también a la reforma de la financiación local van a ser una importante coartada en manos de Economía para justificar la necesidad de no hacer un totum revolutum y sacar cada cosa a su tiempo. La rapidez con la que se va conociendo el deterioro de la coyuntura, proporcional al aumento de la presión parlamentaria sobre el Gobierno, va a dificultar el cumplimiento de la hoja de ruta inicial de Zapatero, pensada en un principio para presumir de la autonomía con la que el Gobierno adopta sus decisiones. Al aumentar en cinco escaños su mayoría parlamentaria, el PSOE quiso borrar la sombra de cierta exclavitud que desde 2004 le vinculó a grupos como Esquerra Republicana o Izquierda Unida.

El discurso inaugurado después del 9 de marzo se basó en el mensaje de un Gobierno sin ataduras. Pero a medida que la crisis ha ido descubriendo su rostro, el PSOE ha sufrido algunas derrotas parlamentarias y se ha encontrado en el Congreso tan solo como 1993. Esta soledad ha alimentado el sueño del PP de que esta sea una legislatura corta con un presidente del Gobierno en continuo declive. Por eso el PSOE ha pasado de jalear su proyecto autónomo a buscar pactos estables, tan caros como difíciles de conseguir.

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