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Tendencias

La moda se alía con los valores del comercio justo

IntrépidaMu, primera empresa española que apuesta por este sector

Llevamos puestas las historias de las personas que hacen nuestra ropa'. El mensaje está grabado en la etiqueta de cada una de las prendas de la marca IntrépidaMu. No pretende ser agresivo ni moralizador, sino ser un altavoz de la filosofía de negocio que han elegido sus creadores. '¿Por qué seguir debatiéndonos entre lo que pensamos y lo que hacemos?', explica Miquel Castells, uno de los fundadores de la empresa, la primera del sector de la moda en España que se lanza al comercio justo.

æpermil;l y su amigo de infancia Pepe Burguiñó, dejaron de pensárselo. Abandonaron sus trabajos en banca de inversión y como responsable de compras de una cadena de tiendas de ropa, pidieron un crédito familiar y apostaron por un modelo de negocio 'en el que tratamos a los demás como nos gusta que nos traten a nosotros'.

La vorágine del sector textil, 'un mercado muy bestia', no les dejó indiferentes. 'Al principio es estimulante, viajas a China, a India, vas a ferias internacionales, pero luego vimos cómo funciona. Si la ropa que llega a Europa es muy barata es por algo, y no porque ellos lo hagan mejor que nosotros'.

IntrépidaMu paga un 40% más de la media europea a sus productores de algodón, 'el mejor de Perú', orgánico, procedente de pequeñas cooperativas, todas auditadas por sellos internacionales de comercio justo, la mejor forma de 'no vender humo. Yo no quiero que me engañen y yo no quiero engañar a las personas que compran nuestras prendas', explica Castells en su casa de Barcelona, que también hace las funciones de sede empresarial y de show room.

Aunque ellos tienen muy claro que no buscan al cliente comprometido, ni con valores ecológicos, tan en boga, ni con el comercio justo. 'Nuestra ropa se tiene que vender por sí misma, necesitamos consumidores, no somos una ONG, sino un negocio, no queremos moralizar'. Y si por el camino pueden ayudar a 'que la vida de algunos sea menos complicada', habrán cumplido su sueño. Por ello sus diseños se adaptan a la estética del mercado. 'Antes mucha gente nos decía que ellos comprarían prendas orgánicas, pero que no encontraban nada que les gustase. Ahora ya no tienen excusa'.

Por el momento venden en tiendas multimarca, aunque tener tienda propia 'es primordial, quizá el año que viene', cuando hayan recuperado parte de la inversión inicial que realizaron en 2007. Aún no generan beneficios. Ambos ganan un 'sobresueldo' realizando trabajos en paralelo.

Su visión de un negocio justo también pasa por sus márgenes. Se llevan menos del 30% del precio de coste. Nada que ver con las grandes cadenas de ropa low cost. Cuando el consumidor europeo paga 10 euros de media por una camiseta, la marca ya ha superado su coste en un 100%, gracias a los enormes volúmenes de venta, que abaratan el coste, y a una obra de mano muy barata, en su mayoría procedente de países emergentes, sin normas laborales sólidas que les permita aumentar sus precios de producción. China e India son los peores alumnos.

ATENTOS A...

En España: IntrépidaMu se creó en Barcelona, donde comercializa la mayoría de sus colecciones, por el momento en tiendas de moda multimarca.

En el extranjero: Las prendas de la marca también pueden encontrarse en Holanda y en Francia.

En internet: www.intrepidamu.com

Del 'todo a 10 euros' a tejidos cuidados, y más caros

Las prendas de IntrépidaMu son de gama alta, dada la excelente calidad de los algodones con los que trabaja y lo que paga a sus productores, que lógicamente 'encarece el producto final'. Además, no produce con la misma cadencia de las grandes cadenas de ropa. Una camiseta de esta marca cuesta alrededor de 45 euros. 'Mucha gente nos dice que somos caros, pero al final, el precio es relativo, la gente tiene en la cabeza que las camisetas cuestan 10 euros'.A la queja de que su ropa es cara, estos amigos y socios que no superan la treintena responden que 'la ropa es bonita, de calidad, dura muchísimo y es muy gustosa'.Y además se sale del segmento de mercado, 'un tanto peyorativo' que atribuye la ropa de comercio justo 'a hippies o alternativos'. Hace veinte años, dicen, sólo los consumidores tachados de alternativos adquirían alimentación ecológica. 'Hoy hay mucha gente que la ha descubierto y la consume porque le funciona y le sienta bien, no por moda'.

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