Los inversores aceleran los traspasos hacia planes más defensivos
Los vaivenes de la renta variable a lo largo del mes de julio -aunque con saldo final bastante escaso en variaciones-, y la estabilidad de los mercados de bonos -frenados ante la escasez de expectativas de cambios inminentes en las políticas monetarias-, han dejado a los planes de pensiones en una situación muy parecida a la del principios de mes. Los planes de renta variable siguen ofreciendo unos resultados bastante negativos, con pérdidas que rebasan los dos dígitos en la mayoría de los casos. Mientras, los de renta fija se mueven en niveles de rentabilidad muy modestos, alrededor de la mitad de la tasa de inflación como promedio. Lo malo de los primeros y lo mediocre de los segundos está ofreciendo un balance de escasos avances en la capitalización.
Los traspasos de dinero de unos planes a otros, abandonando las inversiones de mayor riesgo, han sido de todas formas bastante moderados en el primer trimestre del año, último periodo del que se tiene información oficial. Se estima que un 6% del dinero que gestionan los fondos del sistema individual optó por cambiar de plan durante los tres primeros meses del año, porcentaje que se habría incrementado algo en el segundo trimestre, ante la mayor profundidad que ha adquirido la caída de la renta variable, según comentan algunas entidades gestoras y especialistas del sector.
Elevadas a términos anuales, estas cifras indicarían que en el conjunto del año algo más del 20% del patrimonio de los fondos cambiará de plan. Una parte de estos cambios estará determinada por razones comerciales (aprovechar ofertas más atractivas de gestoras rivales), aunque en otra parte (que se estima afecta al 80% de las movilizaciones de dinero) los cambios obedecen a decisiones apoyadas en la evolución comparativa de las rentabilidades de los diversos tipos de planes, que dan como resultado la búsqueda de planes con mejores expectativas de rendimiento dentro de la misma gestora.