El Gobierno chino 'da un respiro' a los Juegos Olímpicos de Pekín
La capital del país aplica medidas para reducir la polución a pocas semanas de la competición.
El Gobierno chino empezó a ejecutar el domingo medidas drásticas para reducir la contaminación atmosférica en Pekín, donde el 8 de agosto darán comienzo los Juegos Olímpicos, según dio a conocer ayer la organización. Hasta el 20 de septiembre, cuando terminan los Juegos Paralímpicos, los coches con matrícula impar podrán salir a la calle sólo los días impares, y los de matrícula par, los días pares. De esta forma se reduce a la mitad el tráfico de la ciudad, engrosado por un parque móvil de 3,3 millones de coches.
Esta medida se suma a la de disminuir en un 7% los vuelos comerciales que sobrevuelan la ciudad, lo que supone 60 vuelos diarios menos hasta el 31 de agosto. También se han detenido casi todas las obras que no tengan que ver con los Juegos, y más de 150 fábricas locales altamente contaminantes han dejado de funcionar durante dos meses. El Gobierno afirma que estas medidas reducirán la contaminación en Pekín en un 63%. Además, se han reservado más de 280 kilómetros de carril para vehículos exclusivos de la organización, atletas y medios de comunicación, cuya infracción puede conllevar la cárcel.
Los organizadores aplacan así parte de las críticas contra su gestión olímpica por las altas tasas de polución atmosférica (que mata 400.000 personas al año), que habían disuadido a algunos deportistas de participar en los Juegos, como es el caso del etíope Haile Gebreselassie, favorito para conseguir el oro en el maratón.
'Esto es puntual. China no cambiará su modelo energético. Las Administraciones se rigen por el 'pibismo', el aumento del PIB en su región', dice Séan Golden
æpermil;ste es sólo uno de los muchos reproches que se le ha hecho al Gobierno asiático durante el último año. La represión de las protestas independentistas del Tíbet en marzo que provocaron la muerte a casi 100 personas o el conflicto bélico de Darfur (Sudán) le han costado el desdeño de muchos países occidentales. China ha prohibido las manifestaciones políticas durante la competición y restringido el acceso a las universidades. A ello se le suma el temor al terrorismo, instigado por las dos explosiones provocadas ayer en la provincia de Yunnan que mataron a dos personas, según la policía local.
Todas estas circunstancias apuntan a que China no prevé un cambio aperturista como algunos países occidentales predecían. 'Estas soluciones ambientales sólo funcionan a corto plazo. China no modificará sus políticas energéticas de momento', afirma Séan Golden, sinólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona. 'Aunque el Gobierno central tiene un plan modélico de sostenibilidad, las Administraciones locales, influenciadas por la industria, no lo siguen. Allí funciona el pibismo, ya que los políticos son juzgados por el crecimiento del PIB'. Golden asegura además que la única intención aperturista es la inversora. 'China no se siente presionada por los países occidentales, quienes además no tienen autoridad moral. Un chino consume seis veces menos que un estadounidense, y tres veces menos que un europeo. Lo que ocurre es que sus industrias las tienen en Asia'.
China debería preocuparse, según Golden, por su sostenibilidad: 'La falta de agua potable, el encarecimiento de la sanidad y la escasez de tierra cultivable se ocuparán de frenar el desarrollo'.