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Desayunos Cinco Días

El seguro navega entre dos crisis

Las turbulencias financieras, por un lado, y la recesión de la economía, por otro, atenazan al sector. La industria busca fórmulas para capear el temporal.

El panorama se presenta nublado. Muy nublado. Los expertos no tienen duda al respecto, a pesar de los buenos datos cosechados por la industria del seguro en marzo. En los tres primeros meses del año, el sector incrementó sus beneficios un 26,6%, hasta alcanzar los 1.344 millones de euros, según los datos recabados por Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras (Icea). Media docena de altos directivos reunidos por CincoDías y Accenture debaten sobre cómo ha afectado a su industria la crisis financiera originada en EE UU el año pasado y las perspectivas del sector ante las sacudidas que experimenta la economía española en los últimos meses.

'Estamos ante un periodo de incertidumbre. Frente a otras crisis que ha habido en el pasado, como la de los años ochenta, la de 1992 o la de 2000, cuando todo el mundo tenía claro qué podía pasar después; en esta ocasión nadie sabe qué va a pasar', reflexiona Rodolfo Sabater, socio de Accenture. Después añade: 'Creo que es una crisis global en términos financieros. Se trata de un incidente que hubiéramos considerado aislado en otro momento, pero que se ha extendido al resto del mundo por efecto de la globalización. Y combinado con otros factores, como el alza del precio de las materias primas, ha generado una tendencia global, que se mezcla con las particularidades de cada mercado'.

Las turbulencias financieras han dejado en evidencia a varias instituciones. 'Los reguladores internacionales y las agencias de rating han fallado bastante', opina José Caturla, director corporativo de inversiones de Aviva. Según este ejecutivo, las compañías nacionales de seguros no han visto su patrimonio menguado por culpa de las hipotecas subprime gracias a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGS). 'Al César lo que es del César. En este caso, el regulador ha demostrado que su conservadurismo respecto a productos estructurados ha evitado que la industria se haya metido en algunos charcos. Esta actitud fue criticada en su momento por el sector, pero ahora se ha demostrado que era la acertada. En ese sentido, la DGS ha actuado muy bien', afirma.

Esta opinión es compartida por Flavia Rodríguez-Ponga. La secretaria general técnica de Mutua Madrileña conoce bien la labor de supervisión pues durante años fue subdirectora general en la DGS. Para esta directiva, 'al sector financiero español no le afectarán como tales las hipotecas de alto riesgo de EE UU, pero sí afronta una crisis de confianza. Eso es lo más grave que estamos padeciendo'.

Dicha bajada de la confianza se traducirá en una caída del consumo. Pero ésta todavía no se ha manifestado. Los datos de principios de año son positivos en términos generales. A marzo, el ramo de autos aumentaba sus ganancias un 23,5%, hasta 415 millones. El descenso de la siniestralidad ha logrado imponerse en el primer trimestre a la guerra de precios que vive este segmento de negocio. Salud también incrementó con fuerza su beneficio: un 46,6%, hasta 107 millones. Y las pólizas de multirriesgos permitieron ganar a la industria 141 millones, un 25,9% más. La actividad de vida representa la otra cara de la moneda. Redujo su contribución a los resultados un 12,1% al verse perjudicada por la última reforma fiscal. Aportó 363 millones de euros.

Los expertos creen que el agravamiento de la crisis cambiará este panorama. 'Cuando tienen que recortar gastos, las familias rebajan el grado de cobertura de su automóvil, prescinden de su póliza de salud privada o aportan menos dinero a su plan de pensiones', ejemplifica Rodolfo Sabater. 'La mentalidad pesimista restringe el presupuesto de las empresas y de los individuos, y esto hace entrar en un ciclo depresivo', agrega.

A perro flaco todo son pulgas y el seguro no puede ser una excepción en esta ocasión. A la ralentización económica descrita se suma, como se ha mencionado anteriormente, un repunte de las materias primas (sobre todo del petróleo) que genera un proceso inflacionista. Hasta junio los precios subían en España un 5%, un nivel desconocido desde 1995. El aumento del IPC afecta especialmente a los seguros de prestación de servicios, como el de asistencia sanitaria, el de hogar o, el más masificado de todos, el de automóviles.

El encarecimiento de las tarifas de los proveedores supone una presión adicional sobre los márgenes de las aseguradoras. 'Para el seguro de prestaciones esto es una pinza tremenda. Tus costes tratan de subir pero tu cliente no quiere pagar más. Se cierran las mandíbulas. Ahí lo único que te queda es negociar con los prestadores. Tú les aportas una masa de clientes y ellos te aseguran un precio ventajoso o una buena calidad', indica Rodolfo Sabater. 'En esas circunstancias, quienes más sufren son las entidades más pequeñas. Al final esto desemboca en un proceso de concentración de compañías', añade su compañero de Accenture, Pedro Olmos.

Recetas contra la crisis

A los dos grandes fenómenos de ámbito mundial, España añade un ingrediente local: la crisis inmobiliaria. Esta también tiene su reflejo en el sector asegurador. Como recuerda Jesús Martínez, director general adjunto comercial de Mapfre Vida, 'nos afecta que se reduzca el número de hipotecas porque muchas están vinculadas a pólizas de riesgo, que son los productos que generan una mayor rentabilidad a las compañías de vida'.

Asimismo, como señala José Caturla, 'el sector inversor español está muy expuesto a papel hipotecario, como cédulas o titulizaciones. Las entidades financieras nacionales han realizado muchísimas emisiones. Los destinatarios tradicionales de este papel eran los inversores extranjeros, pero ahora el mercado internacional se ha contraído. Y se produce en todo el mundo un retorno a lo conocido. Entonces, el inversor de cada país tiende a comprar más los títulos emitidos por entidades nacionales. ¿Y qué ocurre en España? Pues que hay mucha más oferta que demanda'. Esto lleva a un ajuste vía precios y las valoraciones sufren mucho por un desajuste de mercado, 'no por un riesgo real de impago, que si bien es normal que haya aumentado no justifica por sí solo los diferenciales que vemos en el mercado', aclara el ejecutivo de Aviva. El director de inversiones de esta firma no prevé grandes problemas con este tipo de títulos, sobre todo en los tramos senior de las titulizaciones, porque el Banco de España ha sido muy conservador y restrictivo con las entidades financieras.

La industria aseguradora se enfrenta, en suma, a un rosario de problemas. Pero los expertos presentes en el debate también señalaron en su análisis los elementos que pueden contribuir a capear con más soltura los embates de las crisis financiera y económica.

Frente a la falta de confianza, Flavia Rodríguez-Ponga, estima que la celebración de las juntas de accionistas de los bancos y las inmobiliarias han aportado algo de luz. Una opinión con la que coincide José Caturla: 'Cuando llueve nos mojamos todos, cuando llega la crisis todo el mundo sale corriendo. Pero cuando sale el sol los mejor posicionados son los que se secan antes'.

Y frente al ciclo depresivo por el que avanza la economía española, Rodolfo Sabater indica que 'no puedes dedicarte a recortar gastos. Hay que procurar optimizar las inversiones. Tratar que los ingresos no se te vengan abajo y que, obviamente, que los costes que no aportan valor se reduzcan'.

La secretaria general técnica de Mutua Madrileña considera que 'el seguro tiene la oportunidad de demostrar su contribución a la recuperación de la economía'. Por delante, 'las entidades tienen el reto de lograr una mayor eficiencia en los procesos y controlar sus costes. Eliminar aquello que sea superfluo. Hay que mantener los ingresos con productos adaptados a las necesidades de los clientes. Pero siempre siguiendo una política de prudencia. La lucha por el cliente no debe ser a cualquier precio'.

Nuevos productos y negocios

La industria aseguradora tiene la capacidad de demostrar su capacidad de innovación. 'Debemos transmitir que los productos de seguros son herramientas financieras muy avanzadas', indica Luis María Sáez de Jáuregui, director de vida, ahorro y servicios financieros de Axa. Y pone como ejemplo los variable annuities. Estos son productos de ahorro unit-linked con garantías para la inversión.

Otro área que ofrece un amplio abanico de posibilidades a la industria aseguradora es la dependencia. El sector espera estudia fórmulas para participar en la atención de ancianos y otras personas necesitadas de asistencia.

'Tenemos pendiente todo el desarrollo del seguro de dependencia, porque aún se debe definir la estructura pública. Cuando esto esté en funcionamiento, las compañías de seguros iremos detrás. En principio, ofreceremos productos de riesgo sencillos, sin grandes complicaciones. Pero luego iremos profundizando en este campo', anota Jesús Martínez. El directivo de Mapfre también destaca el potencial de otros negocios ligados a mayores, como las rentas vitalicias o las hipotecas inversas.

Y entre medias quedan productos más cotidianos. Rodríguez-Ponga recuerda la aceptación del seguro de decesos entre las familias humildes españolas y Pedro Olmos predice una mayor contratación de seguros de protección de pagos ante el encarecimiento de las hipotecas.

El negocio asegurador cuenta, por último, con una ventaja ante la inestabilidad financiera: su negocio es un gran generador de caja. 'La crisis de liquidez lleva a bancos y cajas a poner en venta parte de sus negocios de seguros. Estos acuerdos se están dando y suponen para el sector asegurador una oportunidad de negocio', destaca Luis María Sáez de Jáuregui.

Los coletazos de la guerra de los depósitos

La crisis de liquidez ha llevado a la banca a embarcarse en un combate sin cuartel por captar fondos de sus clientes con los que reforzar su pasivo. Actualmente, algunas entidades como Openbank y Activobank ofrecen una rentabilidad del 6% TAE a un año. Y como no podía ser de otra manera, este fenómeno afecta a la captación de ahorro por parte de las compañías de seguros.'Hay una competencia feroz por parte de la banca. El cierre de los mercados financieros ha llevado a las entidades a incrementar la retribución vía depósitos', indica José Caturla, de Aviva. 'Pero se trata de ahorro a corto plazo que no puede durar mucho porque se come el margen. No supondrá un problema a medio plazo', matiza.Jesús Martínez, director general adjunto de marketing de Mapfre Vida, coincide en parte con esa opinión. 'La guerra del pasivo impide al seguro de vida competir al corto plazo', indica. Aunque luego añade, 'la curva de tipos aplanada o decreciente tampoco nos permite luchar a largo plazo. Y la ventaja fiscal con la que contábamos antes ya no está disponible'. La última reforma fiscal equiparó la tributación de todos los productos de inversión.Los depósitos bancarios y fiscalidad no son los únicos obstáculos que deben sortear las aseguradoras para captar negocio. El gran rival del sector es la vivienda. 'Todo aquel que puede ahorrar, antes que contratar un fondo de inversión, hacerte un plan de pensiones o abrirse una póliza; trata de cancelar su hipoteca', anota Caturla.Pero también hay productos que invitan al optimismo. 'Los planes de previsión asegurado (PPA) y los planes individuales de ahorro sistemático (PIAS) tienen recorrido', destaca Martínez.

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