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La maldición del chino

Vive tiempos interesantes, reza la maldición del chino. A buen seguro, porque las oportunidades de experimentar y aprender son únicas y, desde luego, aunque no tan obvias, porque son los tiempos en los que las decisiones tomadas pueden tener mayor impacto.

Tiempos interesantes vivimos. Nos hemos dado cuenta de que, sí, la vivienda baja -no debido precisamente a la intervención del Gobierno- y que además, cuando se han cometido excesos en su financiación, los resultados son desoladores y generan espirales virulentas en el ajuste de precios de los activos.

Estamos asistiendo a una crisis de liquidez y de falta de solvencia que está arrollando a cuantas inmobiliarias y promotoras se ponen a su alcance y que comienza a tener efectos contagio en las entidades financieras, que buscan dinero debajo de las piedras (de los fondos o de las cuotas participativas).

La economía familiar está tocada, potencialmente en los ingresos -comenzamos a ver despidos, no sólo en la construcción-; en los gastos, debido a una inflación más elevada, especialmente en alimentos y energía y, sobre todo, en la carga financiera de la compra de vivienda; y en los ahorros e inversiones (curva de tipos positivizándose y las acciones cayendo a plomo). Y aunque en las últimas semanas ha perdido interés mediático frente a las urgencias del corto plazo, la espada de Damocles de un sistema de seguridad social que sale de la ensoñación del superávit amenaza a las pensiones.

Tocados de lleno por la maldición del chino, ¿qué podemos hacer? Desde luego, pensar en nosotros hoy y a futuro; comprar Bolsa americana, vender Bolsa española; elegir un buen fondo monetario si queremos liquidez y no saltar desesperadamente al vacío -a largo plazo- del depósito coyunturalmente extratipado (se financia caro quién no puede financiarse barato).

Es en los tiempos interesantes cuando se toman las decisiones importantes. No podemos elegir el tiempo que nos ha tocado vivir, pero sí qué hacer con el que nos han dado, decía Gandalf en El Señor de los Anillos. Decida qué hacer.

Enrique Borrajeros. Socio director de inversiones de Abante Asesores.

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