Los escándalos urbanísticos disparan la alarma social
El Informe Global sobre Corrupción alerta sobre la deslegitimación de las instituciones
España no aprende. Un año más, Transparencia Internacional (TI) ha puesto el dedo en la llaga: la corrupción urbanística se ha disparado en nuestro país (no ha dejado de crecer desde 2005) y los españoles comienzan a pensar que detrás de cada político y de cada empresario hay un ciudadano corrupto.
Esta organización no gubernamental, con sede en Berlín, presentó ayer en Madrid el Informe Global 2008 sobre la Corrupción (178 países); y España no podía salir peor parada: el documento es una crítica demoledora y ácida sobre los últimos escándalos y abusos ligados al negocio del ladrillo y sobre sus consecuencias sociales.
El estudio recuerda el trabajo de Greenpeace Destrucción a toda costa (junio 2006) que contabiliza 102 escándalos o sentencias condenatorias de gobiernos locales por incumplimiento de la normativa; reseña 30 supuestos delitos urbanísticos (sólo el caso Estepona queda fuera de la lista, por el simple hecho de que estalló hace apenas una semana) y suma seis casos de corrupción vinculados a la adjudicación de contratos. 'La corrupción en el ámbito municipal es muy preocupante, en el 70% de los ayuntamientos imputados el alcalde fue reelegido, en algunos casos con más votos', recordó ayer Manuel Villoria, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos y miembro del consejo de TI-España.
Pese a la existencia de cierta tolerancia, crece entre los españoles la percepción de que aumenta la corrupción y de que ésta afecta a amplias estructuras del Gobierno y los negocios. Una gran mayoría, casi el 60%, opina que el Ejecutivo hace poco o muy poco por frenar los abusos urbanísticos: el 36% asegura que las medidas gubernamentales están resultado ineficaces, el 13% afirma que este Gobierno no lucha contra la corrupción y el 10% va más allá en su juicio y advierte que no sólo no lucha, sino que los fomenta. Con todo, España es uno de los tres países de Europa, junto a Dinamarca y Reino Unido, que cuenta con amplio grupo de ciudadanos (el 18%) que considera muy eficaces las actuaciones administrativas.
En el mismo sentido se orienta la reflexión de Manuel Villoria, quien asegura que 'del análisis de las últimas leyes aprobadas, la principal conclusión que se puede sacar que es que el Gobierno está preocupado y está poniendo los medios para erradicarla'.
En cualquier caso, parece que hay demasiados supuestos delitos en la prensa y en los juzgados como para que la ciudadanía no se preocupe. 'El panorama es desalentador', dice el informe: la corrupción no sólo destruye el capital social sino que socava la confianza en los demás. Sólo un 30% de los españoles confía en sus conciudadanos. El fenómeno está provocando, además, una progresiva deslegitimación de las instituciones. Así, el 63% de los encuestados considera los partidos políticos bastante corruptos o extremadamente corruptos, el 41% considera a los legisladores bastante corruptos o extremadamente corruptos, el 54% a las empresas y el 44% a los medios de comunicación.
Deterioro medioambiental
En cuanto a los servicios públicos en general, el 40% considera bastante corrupto o muy corrupto al poder judicial, el 29% a la policía y el 37% a la recaudación de impuesto.
Por último, señala que la construcción 'detrae recursos de los sectores productivos a uno que no lo es' y recuerda, siguiendo al BBVA, que 'aunque la riqueza ligada al sector inmobiliario aporta el 32% de los ingresos municipales, genera en sus arcas un gasto del 36%'. A juicio de los expertos, este asunto está detrás del alarmante deterioro medioambiental y del sobreprecio de la vivienda 'y ambos efectos expresan una ruptura del pacto intergeneracional'.
Los negocios del agua amenazan el desarrollo mundial
Más de mil millones de personas en el mundo no tienen acceso garantizado al agua y más de 2.000 millones carecen de servicios de saneamiento adecuados. De ahí que la corrupción en el sector del agua es una amenaza para el desarrollo y la sostenibilidad.'El agua es un recurso insustituible. Es primordial para nuestra salud, nuestra seguridad alimentaria, el futuro de nuestra energía y nuestro ecosistema. Pero la corrupción plaga la gestión y el uso del agua en todas estas áreas', señala Huguette Labelle, presidenta de Transparencia Internacional.El informe explora el impacto y el alcance de la corrupción en los distintos segmentos del sector del agua e identifica una serie de problemas, desde el pequeño soborno en el suministro hasta el saqueo relacionado con la obtención de contratos de regadío y los fondos hidroeléctricos, sin olvidar el encubrimiento de la contaminación industrial así como la manipulación de la gestión del agua y de las políticas de distribución.El informe incluye recomendaciones, entre ellas, que la transparencia y la participación sean los principios fundamentales en todos los aspectos de la gobernabilidad del agua, reforzar el control regulador y garantizar una competencia justa en los proyectos del agua.En el caso español, el agua es una cuestión emocional y política. Ninguno de los casos de corrupción clásica se refiere al agua, sino que según el catedrático de Geodinámica de la Complutense M. Ramón Llamas, los conflictos del agua están relacionados con las subvenciones perjudiciales; la falta de transparencia en la información sobre el agua y el actual caos en la gestión del agua subterránea.