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Competencia

La CE pide daños y perjuicios al cártel de ascensores que multó en 2007

La CE reclamó ayer daños y perjuicios a Kone, Otis, Schindler y ThyssenKrup por haber hinchado los precios de los ascensores que han instalado en los edificios del organismo comunitario. Bruselas espera que las víctimas de otros cárteles imiten su iniciativa.

Por primera vez en la historia de la política comunitaria, la Comisión Europea se ha erigido en víctima de las compañías que el propio organismo ha multado por violar las normas de competencia.

Bruselas anunció ayer que ha pedido daños y perjuicios a los cuatro fabricantes de ascensores (Kone, Otis, Schindler y ThyssenKrupp) a los que el año pasado impuso una multa récord de 992 millones de euros por repartirse el mercado de Alemania, Bélgica, Holanda y Luxemburgo.

Algunos especialistas en derecho dudan sobre la legitimidad de que una autoridad de competencia, a la que a menudo se acusa de ser juez y fiscal, asuma ahora también la condición de víctima. Pero la CE, según su vicepresidente Slim Kallas, cree que 'las instituciones europeas y, por tanto el contribuyente europeo, han sufrido financieramente al pagar más de lo debido por la instalación y mantenimiento de ascensores y escaleras automáticas'.

Y el departamento de la comisaria de Competencia, Neelie Kroes, precisó que 'los abogados que defienden la reclamación de la Comisión no dispondrán de acceso a información privilegiada de la documentación recabada durante la investigación sobre el cártel'.

El portavoz de Kroes, de todos modos, reconoció que la demanda no sólo busca una compensación económica sino también una efecto ejemplarizante. 'Somos muy partidarios de este tipo de reclamaciones', señaló, 'porque las multas, por muy altas que sean, no compensan a las víctimas. Y, además, las indemnizaciones servirán para frenar la participación en los cárteles'.

Kroes ya publicó en abril un Libro Blanco con propuestas para facilitar las reclamaciones de daños y perjuicios, entre las que figura la más temida por las empresas europeas: la posibilidad de presentar reclamaciones colectivas como ocurre en EE UU.

Bruselas espera que su reclamación contra los fabricantes de ascensores abra el camino en Europa a ese tipo de demandas. Y estudia la posibilidad de presentar otra contra las empresas de mudanzas a las que castigó el año pasado por repartirse el mercado belga de traslados de muebles

La denuncia contra el cártel de los ascensores se ha presentado ante el Tribunal de Comercio de Bruselas. Y la indemnización, si los jueces avalan la solicitud, puede ser multimillonaria a juzgar por la duración del cártel (entre 1996 y 2004) y el tamaño del cliente.

Sólo en Bruselas, según explico la portavoz de Kallas, la CE ha firmado con los cuatro fabricantes unos acuerdos marco por valor de 19 millones de euros. Pero la reclamación se refiere a los ascensores y escaleras instalados en las sedes de todas las instituciones comunitarias (Comisión, Parlamento, Tribunal, etc.) en Bruselas y Luxemburgo.

La Comisión por sí sola ocupa en esas dos ciudades, respectivamente, 865.000 y 125.000 metros cuadrados de oficina, repartidos en 66 edificios.

Las normas de la Comisión sobre calidad de sus instalaciones requiere que, a ser posible, ningún punto de los edificios esté a más de 50 metros de distancia de un ascensor o una escalera.

Con esas premisas, el departamento de Kallas se niega a hacer estimaciones sobre la posible indemnización. Y deja ese cálculo para un peritaje judicial. Pero parece claro que los cuatro fabricantes corren el riesgo, muy a su pesar, de marcar otro récord en la UE.

Todo empezó el día de Europa

El cártel de los ascensores era un candidato ideal para un escarmiento de la Comisión Europea. Por lo pronto, se trata de un bien identificable por todos los consumidores, una característica que no presentan los cárteles de productos con una distribución más restringida. Entre las potenciales víctimas de Kone, Otis, Schindler y ThyssenKrupp, además, pueden figurar desde comunidades de vecinos a empresas de todo tipo y organismos de la administración. Y la Comisión, por último, no podía desperdiciar la ocasión de encontrarse ella misma entre las principales perjudicadas de unos pactos ilegales que, según Bruselas, hincharon los precios de ascensores y escaleras automáticas durante casi 20 años.Para colmo, por si Bruselas necesitaba algún agravante simbólico, los cuatro fabricantes de ascensores, según la investigación de la CE, comenzaron el cártel un 9 de mayo de 1996. Para Bruselas esa fecha es el Día de Europa, aniversario de la Declaración Schuman que puso en marcha la UE.

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