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CincoSentidos

Un paseo literario tras las huellas del Ebro

Pedro Cases narra su recorrido por el río, desde la cuna hasta la desembocadura, en 'El Ebro. Viaje por el camino del agua'

Caminar no es sólo mover los pies, es un estado mental'. Pedro Cases (Zaragoza, 1955), un referente en el periodismo económico español, decidió hace tres años recorrer el río Ebro a pie, desde su cuna hasta el mar. Una experiencia que el autor narra en El Ebro. Viaje por el camino del agua, editado por Península.

La intención de este amante de los viajes y de la literatura que los cobija -desde Marco Polo a Chatwin o Javier Reverte, cuya trilogía sobre África le encantó, porque él es un enamorado del Continente- no era escribir un libro, pero después de peregrinar por el Ebro sintió la necesidad de contar su experiencia. 'Las emociones vividas no caben en un reportaje ni en dos', explica.

El escritor ha culminado su aventura en tres etapas, la primera, en compañía de su mujer, le llevó desde Reinosa a Tudela; la segunda, ya en solitario, hasta Zaragoza, y la última, en 2006, desde la capital aragonesa hasta Galatxo de Sorrapa. Pedro Cases abrocha estos tres viajes a través de intencionados epígrafes: Tierra necesitada de gente, por esos pequeños pueblos de Cantabria y el norte de Burgos; Frustración, un sentimiento que invadió al autor al tener que abandonar el viaje a la semana, y Lágrimas, por la tragedia de la Batalla del Ebro y también por la pena de los habitantes de los pueblos engullidos por embalses en la época de Franco.

En total, cinco o seis semanas de viaje en las que Pedro Cases se ha aproximado a la historia, la realidad y la vida cotidiana del río. Es mucho lo que el Ebro le ha dado. 'Es un libro con trampa', confiesa el autor. Se refiere a los recuerdos entrañables de su infancia y juventud que ha recuperado en sus caminatas. Pero también valora los espectaculares paisajes que el río deja a su paso, tanto los de las etapas iniciales como los del Delta, el tercero en extensión del Mediterráneo, que cree que hay preservar a cualquier precio. Y, desde luego, las personas. 'Me quedo con el trato, las historias que te cuentan, la manera en que te van ayudando al tiempo que te ponen en tu lugar'.

Reflexión

En este paseo literario hay, si no una crítica, una llamada de atención sobre el abandono que viven algunos pueblos. 'La deformación profesional me lleva a levantar la voz ante determinadas cosas', comenta. La falta de señalizaciones en las carreteras o los escasos servicios en valles que en invierno se quedan aislados por la nieve son algunas de ellas. 'Es una tierra que da muy pocos votos, con lo cual cae un poco en el olvido', reflexiona el escritor. Bajar el Ebro a pie ha resultado arduo en ocasiones, porque no hay una buena cartografía, como en el Camino de Santiago. Pedro Cases ha querido explicar lo que se siente cuando se camina. Los fugaces deseos de abandonar desaparecían reemprendiendo la marcha.

La experiencia ha tenido algo de viaje interior. 'Es normal, vas solo, eres tu única compañía, tengo suerte de llevarme bien conmigo mismo, siempre voy contándome cosas'.

Un viaje imborrable que le ha permitido 'disfrutar de esa condición de ciudadanos universales que se alcanza cuando se va a pie por la vida'.

Del agua al desierto

Pedro Cases dio en 2003 un giro a su vida profesional (ha sido subdirector de CincoDías, entre otros cargos), al abandonar las redacciones y dedicarse a publicar reportajes de viajes en distintos medios de comunicación.Tras la publicación de su primer libro de viajes, al periodista y escritor le apetece continuar en esta línea. En el cajón guarda otro libro que es la antítesis de éste; en vez de agua, desierto. Pedro Cases sigue en su relato a las caravanas de camellos de los nómadas de Níger hasta las salinas del desierto. Antiguamente, tenían miles de animales, pero los camiones amenazan hoy su supervivencia.

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