'Cifras contra la crispación'
El INE edita una selección de los artículos de José Aranda en CincoDías
José Aranda (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, 1942-Madrid, 2007) dedicó toda su vida profesional al campo de la estadística demográfica y social. Una labor que desempeñó durante los 35 años que estuvo ligado al Instituto Nacional de Estadística (INE), al que llegó tras ganar en 1972 las oposiciones al Cuerpo de Estadísticos Facultativos, hoy Cuerpo Superior de Estadísticos del Estado.
Luchador incansable e inquieto, Aranda fue también un humanista que cultivó diversas áreas de la cultura, como novelista, dramaturgo y divulgador. Así, publicó varios libros de narrativa -entre los que cabe destacar Culpa, Gemidos muertos y Merino el guerrero- y debutó como dramaturgo con Glinka que, traducida al ruso, fue estrenada en Moscú. También fue autor de numerosos libros sobre su especialidad e impartió cursos y charlas en escuelas y universidades.
'Aranda fue un estadístico singular que unía sus profundos conocimientos científicos a una innata capacidad de análisis del mundo que le rodeaba', cuenta de él su compañero en el INE y amigo Antonio Martínez López. De esa disección de la realidad dejó constancia en numerosos artículos en las páginas de opinión de CincoDías, en una fructífera colaboración que se inició en 1998.
El INE ha editado ahora una selección de los artículos que escribió para este diario agrupados bajo el título de Cifras contra la crispación, en los que aporta otra mirada al mero análisis estadístico, escudriñando el espíritu de las cifras en asuntos de interés ciudadano. El proyecto de su publicación se gestó por iniciativa del propio autor, quien se encargó de la selección y la agrupación temática de los artículos, que encuadra en ocho capítulos, antes de su prematura muerte.
Aranda, a lo largo de su trayectoria como estadístico, fue consciente de la enorme potencialidad que poseía su disciplina para analizar la realidad sociodemográfica y económica de una forma coherente e imparcial. La incidencia de la inmigración en España, el problema vasco, la realidad de Cataluña o las raíces de la violencia de género son algunas de las materias que no escaparon a su aguda sensibilidad científica. Con el reto de buscar la necesaria objetividad, Aranda cuestionó interpretaciones, que desde posiciones ideológicas irreconciliables, alteraban el rigor y la neutralidad de las cifras.