El transporte por autobús pide a Fomento tarifas variables como el avión y el tren
Una sencilla cuestión de competitividad. Así ha presentado Fenebús, la patronal más representativa del sector del transporte de viajeros, ante el Ministerio de Fomento su pretensión de contar con un sistema de tarifas variables en las concesiones de líneas regulares al estilo del que ya aplican las compañías aéreas o, desde hace unos meses, el sector ferroviario, sus competidores.
La intención de las empresas concesionarias de líneas regulares de autobús es conseguir que el Gobierno rompa con el actual sistema de tarifas únicas para cada trayecto y les permita variar los precios que cobran a sus usuarios con descuentos o recargos, en función del momento en que se produzca el viaje.
Según José Luis Pertierra, presidente de Fenebús, el modelo sería similar al tradicional utilizado por Renfe, de modo que habría una tarifa reducida para las denominadas horas valle (las que tradicionalmente presentan una menor afluencia de viajeros), un precio recargado para las horas con picos de demanda y una tarifa especial para los festivos.
El sector tampoco vería con malos ojos que se les diera la oportunidad de lanzar ofertas especiales a través de internet como pueden hacer sus principales competidores.
Un sistema obsoleto
En la actualidad, las tarifas que aplican las compañías de autobuses en las líneas regulares que operan son fijas y vienen determinadas por un coeficiente de viajeros por kilómetro que es igual para todas las concesiones estatales y que oscila entre los cuatro y los seis céntimos, según el trayecto esté más o menos demandado.
Un modelo muy rígido que, en opinión de las compañías de autobuses, limita no sólo su capacidad para competir con otros modos sino también su margen para hacer rentables los trayectos que operan.
Desde el punto de vista de la competitividad, Fenebús se ajusta a los datos. Mientras la caída media de viajeros a cuenta de la crisis ha sido del 7%, en los que entran en competencia directa con el AVE ha sido del 25%. Pertierra reconoce el impacto del efecto novedad, pero adivina un cierto proteccionismo hacia el ferrocarril. 'El Gobierno no debe olvidar que el autobús transporta cada año el doble de viajeros que el avión y el tren juntos', recuerda.
El otro argumento es la rentabilidad o, mejor dicho, la ausencia de ella. El precio de las concesiones ha subido este año un 2,79%, mientras la inflación lo ha hecho por encima del 4% y los carburantes más de un 20%. Además, también este año ha entrado en vigor el nuevo reglamento europeo sobre tiempos de conducción que ha elevado los costes sociales de las empresas un 17%.
OTRO SECTOR EN CRISIS
Desde el inicio de 2008 las empresas de autobús no han dejado de recibir malas noticias: primero, la subida del 20% en el precio del carburante; después, el alza del 17% en sus costes sociales a cuenta de la nueva normativa europea de tiempos de conducción.
El billete de los autocares de línea volverá a subir este año
El precio de los billetes de las líneas regulares de autobús podría subir una vez más en las próximas semanas si la Comisión Delegada de Asuntos Económicos aprueba la propuesta del Ministerio de Fomento de ajustar al alza las tarifas de las concesiones para suavizar el impacto del encarecimiento del carburante.El departamento que dirige Magdalena Álvarez se ha comprometido con el sector a adelantar a este año parte de la subida prevista para 2009 para aportar liquidez a las maltrechas arcas de las compañías que operan las concesiones estatales, que están sufriendo el impacto de la caída de viajeros y de la ausencia de autonomía para fijar tarifas más altas.