El Príncipe de Asturias premia a la tecnología de los nuevos materiales
Un físico, dos químicos y dos ingenieros, galardonados por sus logros en pro del desarrollo sostenible
La nanotecnología está de enhorabuena. El Príncipe de Asturias de Investigación recayó ayer en cinco de sus principales referentes a nivel internacional premiados bajo una candidatura conjunta. Se trata de tres estadounidenses y dos japoneses que trabajan en la creación de nuevos materiales 'fundamentales para el desarrollo sostenible y la lucha contra la pobreza', según destacó el presidente del jurado, el cirujano Enrique Moreno, al dar lectura a los nombres de los cinco investigadores que él mismo propuso para el premio. Son el ingeniero estadounidense Robert Langer y sus compatriotas químicos Tobin Marks y George Whitesides, así como los japoneses Sumio Iijama (físico) y Shuji Nakamura (ingeniero). El premio está dotado con 50.000 euros y es el tercero de los Príncipes de Asturias que se falla este año tras el de las Artes y el de Cooperación.
Entre sus descubrimientos figuran los nanotubos de carbono, los diodos emisores de luz (LED), biomateriales que posibilitan la liberación inteligente de fármacos, la producción de tejidos y órganos para trasplantes o la fabricación de materiales en la nanoescala y el desarrollo de nuevos plásticos y materiales reciclables. Técnicas trascendentales para la lucha contra enfermedades relacionadas con el cerebro y el cáncer', además de contribuir 'a la protección del medio ambiente y al ahorro energético mediante la utilización de nuevas fuentes de energía limpias y de producción a bajo coste'. Estas innovaciones tecnológicas y descubrimientos científicos tienen una especial importancia en la lucha contra la pobreza, como la potabilización de agua de forma barata en las áreas más deprimidas del planeta.
Los nuevos conocimientos y descubrimientos de este grupo de científicos están impulsando, resalta el acta, 'una revolución sin precedentes' y resultan 'de trascendental importancia para el progreso de la humanidad'.
Entre sus avances figuran biomateriales para la producción de tejidos y órganos para trasplantes y material a nanoescala que protegen el medio y ahorran energía
Langer es el inventor de un tejido cardiaco que reúne prácticamente todas las características del natural, incluida la capacidad de contraerse, mientras que Nakamura figura como padre de los diodos luminosos azules, una tecnología que permite esterilizar el agua potable. Por su parte, Marks investiga sobre la utilización de transistores invisibles de alto rendimiento que combinan material orgánico e inorgánico que permitirían la construcción de pantallas de texto e imágenes que podrían proyectarse sobre un parabrisas o unas gafas.
Entre los finalistas figuran la microbióloga estadounidense Rita R. Colwell y los bioquímicos Erik de Clercq y Antonín Holy, belga y checo, respectivamente, por sus descubrimientos para hacer frente a enfermedades virales como la varicela y el herpes. Entre las 43 propuestas que optaban al galardón, procedentes de 23 países, figuraban también el Centro de Cirugía de Mínima Invasión y la Organización Meteorológica Mundial.
El premio aplaudido por la mayoría de la comunidad científica ha recibido la crítica del bioquímico español Julio Rodríguez Villanueva, quien ha lamentado su concesión a 'gente de diferentes áreas'. A su juicio, se trata de 'una candidatura artificial'.
La entrega de premios será en octubre, en Oviedo, en una ceremonia que presidirán los Príncipes de Asturias.