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Lealtad, 1
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Cuando sólo se habla de una cosa

Es inevitable una cierta sensación de déjà-vu cuando se escucha hablar de la pujanza de las materias primas un día tras otro. El precio del petróleo, de los metales y de las materias agrícolas acapara el 50% de las conversaciones acerca del mercado financiero, quedando la mitad restante para la crisis subprime si bien, y quizá por aburrimiento, la crisis proporciona menos frases impactantes.

La cierta sensación de déjà-vu no obedece a que las materias primas acostumbren a dispararse. Antes al contrario, hasta hace bien poco el petróleo parecía caro si alcanzaba los 25 dólares. Los superó poco antes de la invasión de Irak -la de 2003- y adiós al crudo barato. La percepción del mercado es la misma con el barril a 80 dólares que a 120; que seguirá caro, aunque entre las dos cotas han una diferencia del 50%.

La sensación de déjà-vu obedece, precisamente, a que cuando el mercado ya sólo habla de una cosa (o de cosa y media), y cuando se pierde el poco sentido de la medida que podía tener, en este caso ya se cumplen dos de las premisas que conforman una burbuja financiera. Concretamente, la falta del sentido de la medida implica que, si se cuestiona la subida de precios de tal o cual activo, se argumente que existen fundamentales que soportan dicha subida. Algo que ocurre en todas y cada una de las burbujas financieras conocidas hasta el momento. Todas tienen sólidas bases, pero todas acaban soportadas por pilares tan frágiles como son las convicciones humanas.

Así, que todo el mundo hable de las materias primas es una señal de alerta. Puede que no haya burbuja. Pero, como comentaba Citi en un informe reciente, la forma en la que los valores mineros dominan la Bolsa de Londres, o la fiebre de adquisiciones que afecta al sector mientras el resto del mercado tiembla por la crisis son otros factores a tener en cuenta. Ahora bien, este sector cuenta con una gran ventaja: que es una máquina de generar flujos de caja. Y los flujos de caja se miden con más facilidad que las expectativas.

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