El fondo de pensiones de Santander entra en la inversión socialmente responsable
La inversión socialmente responsable (ISR) sólo despegará en España si las grandes empresas dan ejemplo. Y el Santander ha recogido el guante. La entidad que preside Emilio Botín trabaja para gestionar el plan de pensiones de sus trabajadores con criterios ISR antes de que acabe el año.
El plan de pensiones de los 20.380 empleados del Santander en España comenzará a tener en cuenta criterios de inversión socialmente responsable (ISR) antes de que acabe el año. Así lo ha acordado la Comisión de Control del Plan y el Fondo de Pensiones Santander Empleados, integrada por representantes del banco y de los trabajadores. Este comité acordó el pasado mes de abril que una comisión técnica trabajase en la aplicación de criterios socialmente responsables (sociales, medioambientales y de buen gobierno) a su fondo de pensiones.
Esta comisión técnica está desarrollando el ideario ético del plan y fondo de pensiones, donde se reflejarán los criterios de ISR que posteriormente se aplicarán en el análisis de las compañías en las que se podrá invertir. El análisis con criterios de responsabilidad se realizará a través del Servicio de Gestión de ISR de Santander Asset Management.
La entidad que preside Emilio Botín realiza desde hace tres años una aportación anual de 560 euros al año por trabajador (la contribución de éstos es voluntaria) y el fondo, que tiene un patrimonio de alrededor de 33,6 millones, se invierte en renta variable.
Una comisión técnica trabaja para desarrollar el ideario ético del plan
Esta y otras iniciativas, como la del BBVA, que a principios de año también decidió aplicar criterios ISR a su plan de pensiones, pueden servir de impulso para conseguir el desarrollo de un tipo de inversión que no termina de despegar en España.
En Europa operan 437 fondos de inversión socialmente responsables, que crecen al 20% anual y que manejan 48.000 millones de euros, de los cuales el Reino Unido tiene una cuota del 26% frente al 1% de España.
Durante unas jornadas organizadas recientemente por el Banco Santander, Economistas sin Fronteras y la Fundación Pablo VI, el secretario general del grupo parlamentario socialista, Ramón Jáuregui, alertaba de la inexistencia de una cultura de inversión socialmente responsable en España, debido sobre todo a la falta de oferta y publicidad de estos productos, el prejuicio negativo sobre la compatibilización de rentabilidad y compromiso social, y a la ausencia de políticas públicas de fomento.
Lo cierto es que, tal como recoge la memoria de responsabilidad social corporativa (RSC) que acaba de publicar el Banco Santander, la entidad cuenta con tres fondos de inversión que comercializa para sus clientes.
El primero de ellos, Santander Dividendo Solidario, centra sus inversiones en empresas de gran tamaño comprometidas con los derechos humanos, laborales, sociales y de derecho al medio ambiente y destina el 21% de su comisión a la ONG que designe el partícipe entre las 21 que forman parte del fondo.
Por su parte, el Santander Responsabilidad Conservador FIM es un fondo ético que invierte de acuerdo con los valores de la Iglesia Católica; y el Santander Responsabilidad FIM, que invierte el 100% en Bolsa con los mismos criterios del anterior.
Relación con proveedores
La memoria de RSC del banco también destaca el proceso de selección y evaluación de sus 2.776 proveedores. En éste se establece, entre otras, la obligación de cumplir con una serie de requisitos, como el cumplimiento de todas las obligaciones legales y fiscales del territorio en el que opere el suministrador, la adecuación de su actividad y operativa a las normas éticas y de responsabilidad social corporativa del banco. También se pide a los proveedores un compromiso de cumplimiento de los principios del Pacto Mundial de Naciones Unidas (derechos humanos, laborales, medioambientales y de lucha contra la corrupción).
El informe de RSC adelanta que la entidad tiene la intención de formalizar y automatizar a lo largo de este año un procedimiento para la evaluación continua de la relación con todos sus proveedores. Así, tras el cierre de un proceso de negociación, de forma periódica en la prestación de un servicio y anualmente tras el cierre del proceso de facturación, todos los proveedores relevantes del banco serán evaluados. La información será compartida con los propios proveedores y servirá de punto de partida en nuevos procesos de negociación y homologación. Además, se celebrarán foros con suministradores para compartir las mejores prácticas.
Una relación más estrecha con sus 2,3 millones de accionistas
La memoria de RSC del Santander dedica un capítulo a destacar las relaciones con sus 2,3 millones de accionistas, con los que a lo largo de este año establecerá nuevas líneas de comunicación a través de videoconferencias y SMS. El informe se compromete a lograr una mayor interactividad con ellos a través de la web. Los titulares de acciones del banco tienen acceso a productos y servicios exclusivos de carácter financiero y no financiero, como una tarjeta de crédito Accionista o planes de ahorro en acciones Santander, un seguro sanitario en condiciones especiales u ofertas deportivas, de ocio o de viajes. En 2007 se creó una unidad de grandes accionistas para ofrecerles una atención diferenciada.